LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
¡Habemus oposición!
El nuevo rostro opositor que emerge
La elección de Pedro Olaechea en la presidencia del Congreso, la reelección de Rosa María Bartra en la Comisión de Constitución y la designación de Milagros Salazar como vocera de la mayoría parlamentaria, de una u otra manera, dibujan un rostro de la oposición que había desaparecido después del referendo del año pasado.
Recordemos que los errores de Fuerza Popular luego de las elecciones del 2016 —que promovían una guerra Ejecutivo versus Legislativo sin cuartel—, terminaron con la renuncia de PPK, el desprestigio general del Congreso, y la emergencia de un aparato judicial que encarceló a Keiko Fujimori y los dirigentes de la oposición y arrinconó a Alan García hasta llevarlo al suicidio. Interpretaciones más o menos sobre estos hechos, lo cierto es que en el Perú se borró cualquier posibilidad de representar a la oposición. Es más, un fujimorismo errático comenzó a ceder a tontas y locas en las propuestas de reforma constitucional planteadas por el presidente Vizcarra, que terminaron convirtiendo al sistema político en un verdadero Frankenstein.
Vizcarra gobernaba con un sector de medios y con los números de las encuestas. No necesitaba para nada del Congreso. El Legislativo era el punching bull al que golpeaba con frecuencia para mantener popularidad sin gobernar, mientras los problemas se acumulaban (tal como lo vemos en el Corredor Minero del Sur). Sin embargo, en las redes sociales y en el universo digital surgieron diversas formas de resistencia a la estrategia vizcarrista de controlar instituciones para manejar las próximas elecciones. La acción de estos grupos fue heroica, casi solitaria, en el preciso momento en que el Legislativo cedía ante las estrategias del Ejecutivo para evitar un eventual cierre. El problema de estas respuestas era que nunca iban a tener un rostro, porque los periodistas y los activistas digitales no pueden reemplazar a los políticos.
En cualquier caso, el manual de los caudillos plebiscitarios de izquierda en América Latina falló porque en el Perú, luego de eliminada la oposición, surgió una forma evidente de respuesta. En Venezuela, por ejemplo, la oposición que hoy conocemos surgió muy tarde: luego de haberse liquidado a los partidos, de haberse consolidado reformas judiciales y del sistema de partidos que consolidaron el proyecto chavista. En el Perú, pues, el manual comunista falló.
Los dos mensajes leídos por el titular del Congreso en los que afirma que todo es posible dentro del marco de la Constitución —nada fuera de ella—, en los que critica los exabruptos presidenciales de los audios de Arequipa, de una u otra manera, lo encumbran como el rostro de la oposición. En otras palabras, se convierte en un líder que le puede hablar al país.
En este contexto, el presidente Vizcarra ha aceptado la posibilidad de reunirse a solas con Olaechea para tentar la posibilidad de una salida política al bloqueo político e institucional de la República. Ojalá que las cosas prosperen, más allá de que la solicitud de prisión provisional para PPK más parece una retaliación palaciega frente al abandono de Mercedes Aráoz, Carlos Bruce y Ana María Choquehuanca de la bancada oficialista.
Ahora el titular del Congreso no solo tiene el deber de seguir exigiendo el diálogo con el presidente Vizcarra, sino también la obligación de convocar a todas las bancadas, a todos los sectores políticos y sociales, a prepararse a defender la Carta Política. Voluntad de conversar, pero con la decisión de defender la Constitución cualquiera sea el precio a pagar.
Bueno, la historia latinoamericana no debe repetirse en nuestro país, ni como tragedia ni como comedia. Aquí vale repetir la famosa frase de Churchill a Chamberlain: "Se te ofreció elegir entre la deshonra y la guerra, y elegiste la deshonra. Y también tendrás la guerra".
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