LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
El peligroso aislamiento de Dina y del Ejecutivo
Gobierno no asiste el CADE anual de Ejecutivos. ¡Insólito!
En muy pocas ocasiones el presidente de la República o el ministro de Economía y Finanzas han dejado de asistir a la edición anual del Cade. En el 2024 ni la presidente Dina Boluarte ni el titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), José Arista, participaron en la edición anual del CADE, no obstante la trascendencia del evento empresarial y el momento político definitorio que vive el país, a semanas del 2025.
Es evidente que las ausencias gubernamentales en la edición del CADE revelan el terrible aislamiento político y social del gobierno de Boluarte. Si se analiza la situación del Ejecutivo es evidente que el aislamiento en la ciudadanía se refleja en las encuestas que reflejan su baja aprobación. Igualmente, si se observa la movilización de los mineros informales en diversas regiones también parece evidente que la movilización en las calles, que había desaparecido luego de las olas de violencia insurreccional pos golpe de Pedro Castillo, ha reaparecido en el escenario.
Planteadas las cosas así, el Ejecutivo y la presidente Boluarte tenían en el empresariado en general y en la mayoría del Congreso a sus aliados más cercanos. Después de la noticia del CADE y de la censura del ministro de Energía, Rómulo Mucho, las cosas ya no parecen claras. Lo claro más bien empieza a ser la tendencia al aislamiento, al autismo político en general del Gobierno.
El ministro Arista ha emprendido una cruzada contra la nueva ley de promoción agraria que se discute en el Legislativo, quizá urgido por cerrar el hueco fiscal que deja la quiebra de Petroperú y otras exoneraciones. De esta manera, el Ejecutivo parece focalizado en recaudar más y aumentar impuestos antes que promover la inversión privada, el crecimiento y el empleo formal. Es decir, padece de la tragedia de los gobiernos de izquierda que, imposibilitados de reducir gastos, se empeñan en recaudar sin importar si la inversión crece o no. De allí quizá la fractura con el empresariado.
Sin embargo, lo que parece marcar un parteaguas en la coyuntura política es la decisión de las bancadas de la centro derecha de censurar a Mucho y afilar el perfil opositor ante el Ejecutivo. ¿Hasta dónde puede llegar ese movimiento? Con el calendario cerca del 2025 cualquier cosa puede suceder porque la centro derecha no parece dispuesta a seguir cargando el peso de los yerros y despropósitos del Ejecutivo, sobre todo frente a la creciente protesta ciudadana ante el desborde criminal.
Sin embargo, a pesar de que el sistema republicano se asemeja a un edificio viejo que sigue en pie con las ventanas y las puertas rotas y quebradas, no es exagerado sostener que la institucionalidad democrática y el modelo persisten. Igualmente, no hay una amenaza antisistema o candidato progresista que asome en el escenario.
Todo indica que la agenda electoral será definitoria en la viabilidad o no del gobierno de Boluarte. A estas alturas, nadie quiere incendiarse con la cercanía gubernamental. Veremos.
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