LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
El factor PPK
¿Es posible que Kuczynski sea un actor estelar en las elecciones del 2016?
Luego de las elecciones subnacionales del 5 de octubre y con la cercanía de los comicios nacionales, la decisión de PPK de volver a postular a la presidencia de la República parece adquirir consistencia. Acaba de inscribir su partido Perú Más y las especulaciones acerca de que su edad avanzada lo haría desistir del propósito no parecen confirmarse. Es decir, al margen de las voluntades y rechazos, PPK comienza a ser un factor del 2016.
Considerando que las encuestas y tendencias nos indican que lo más seguro es que Keiko Fujimori protagonizará la segunda vuelta y que se abriría así un enorme espacio para el voto no fujimorista, una posible candidatura de PPK entraría a disputar con todo este segmento del electorado que, inevitablemente, se formará con el avance de la candidatura naranja. Al respecto vale anotar que las eventuales candidaturas de Alan García y de Alejandro Toledo también se ubican en el horizonte del voto no fujimorista.
El antifujimorismo se convirtió el partido más grande después de la caída del fujimorato a inicios del nuevo milenio. Ese sentimiento, ese humor, ha elegido presidentes a Alejandro Toledo y Ollanta Humala y todo nos indica que semejante estado de ánimo, aunque en retirada, sigue por allí adormecido, listo para despertar con todas sus histerias y fabricar la figura del mal menor.
En la medida que la candidatura de Toledo se presenta como la menos viable por las graves heridas del caso Ecoteva, es evidente que una estrategia victoriosa de García puede pasar por convertirse en el mal menor frente a la consistencia de Keiko Fujimori. Sin embargo surge la figura de PPK y, de una u otra manera, el panorama del voto no fujimorista comienza a estar poblado por dos personajes con extraordinaria capacidad de comunicación y empatía con el electorado.
En este contexto, PPK puede convertirse en la peor piedra en el zapato de la estrategia alanista debido a su capacidad de comunicar, de ironizar con frases que se convierten en navajas para el oponente, pero, sobre todo, por su clara visión sobre los problemas económicos y sociales que afligen al país. En el caso de desencadenarse las tormentas del anti, PPK tendría enorme margen de maniobra para animar los comicios nacionales, por la sencilla razón de que también tiene la capacidad de representar el antiaprismo o la versión moderna del anti alanismo.
No es seguro, pues, navegar sobre la idea del voto no fujimorista o la idea de la ola encrespada del anti. Puede ser muy ingrato.
A lo mejor estos hechos nos comienzan a indicar que los candidatos no fujimoristas ya no podrán repetir los libretos que le permitieron ganar a Toledo y Humala las elecciones. Quizá la estrategia victoriosa pase por comunicar las ideas-fuerza, imágenes potentes que reaviven las esperanzas en la grandeza del Perú, en el crecimiento, la reducción de la pobreza, sobre todo cuando el nacionalismo de Humala, el último anti victorioso, ha apagado la estrella económica que antes brillaba con potencia inusitada en América Latina.
Por Víctor Andrés Ponce
(29 - oct - 2014)
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