LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
Después de la detención de Susana
El curso de la judicialización de la política
Después de la detención preventiva de 18 meses de la ex alcaldesa Susana Villarán, el ex presidente Alan García le sigue ganando la partida a sus adversarios, tal como parecía predecir en su última carta. Al margen de los sondeos —nuestras encuestadoras son únicas en el planeta— que registran 1000% en contra de un muerto, el suicidio del ex jefe de Estado cambió el curso de la extrema judicialización de la política peruana. El presidente Vizcarra no sube punto alguno con las nuevas detenciones y los fiscales Lava Jato, vinculados a IDL-Reporteros, tienen que aplicar la lógica de hierro de las detenciones sin acusación fiscal ni juicio oral en contra de los amigos de Gustavo Gorriti: Ollanta Humala, Nadine Heredia y Susana Villarán. De lo contrario se volverían carne de cañón, como se dice.
Sin embargo, los fiscales Lava Jato, más allá de los disfuerzos por aparecer imparciales en la aplicación de la ley, al final terminan muy cerca de IDL-Reporteros y de la ex fundadora de IDL, la señora Villarán. Al fiscal Rafael Vela, quien convirtió los audios de IDL-Reporteros en pruebas irrefutables contra el muñeco de “Los Cuellos Blancos” —sin ningún peritaje ni máster de por medio— salió apurado a sostener que se requería la copia original para validar el diálogo en que Villarán sostiene que le avisaron de la Fiscalía que se le venía la noche por los aportes de Odebrecht.
En cualquier caso, el terror judicial en base a detenciones sin acusación fiscal ni juicio oral en contra de los líderes de la oposición, se aplicó —a regañadientes, obviamente— contra amigos y ex aliados entrañables de Gorriti. Y no es exagerado sostener que muchos hoy no duermen sintiendo la respiración en la nuca del monstruo antidemocrático que ellos mismos crearon.
Y no vaya a creerse que solo se trata de los influencers en el aparato de la justicia. La muerte de Alan ha terminado con la temporada circense, de tal manera que los fiscales independientes de IDL-Reporteros no solo actúan en contra de los amigos de Gorriti, sino también apuntan hacia el llamado “Club de la Construcción”. No sería nada extraño, pues, que algunos dueños medios de comunicación corran la misma suerte de Villarán.
¿A qué vamos? El periodo que combinó el desolador vacío político —que dejó la guerra Ejecutivo-Legislativo y los errores de Fuerza Popular— con los CNM audios, y que fue aprovechado por las ONG de izquierda para convocar el referendo, capturar la Fiscalía de la Nación, y desatar el terror judicial, parece haber terminado. La ola anticorrupción declina con la muerte de García.
El presidente Vizcarra no sabe si seguir guerreando contra el Legislativo, porque su popularidad cae pese a las encuestadoras amigas. La fiscal de la Nación acusa constitucionalmente a Pedro Chávarry, intentando crear espectáculo con la extradición de César Hinostroza. Sin embargo, nada parece funcionar. Empiezan, por ejemplo, a surgir preguntas entre la población sobre porqué la detención por tres años de Keiko Fujimori y la dirigencia Fuerza Popular, no obstante que no hay nada probado y pese a que ella nunca fue funcionaria pública. La comparación con los millones de dólares recibidos por Susana como alcaldesa de Lima, simplemente, estremece y nos indica que hay justicias y justicias.
En fin, la experiencia republicana, pese a haber sido bastardeada por el referendo, parece darse un nuevo aire. Sin embargo, ya sabemos que los marxistas solo quieren el poder por el poder y son capaces de encarcelar a sus adversarios inocentes sin que les tiemble la mano. Advertidos estamos.
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