LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
Cateriano y el 2016
¿Pareja presidencial dejará que Cateriano sea un PCM con poder y perfil democrático?
Las declaraciones de Pedro Cateriano a La República nos presentan a un Cateriano absolutamente encontrado con el ex ministro de Defensa que atacaba al fujimorismo y al aprismo y que competía en agresividad con el hoy apagado Daniel Urresti. El nuevo jefe del Gabinete puede haber asumido esa conducta por dos razones: porque necesita el voto de investidura del Congreso o por sus evidentes convicciones democráticas, enturbiadas solo por un antifujimorismo y un antiaprismo que ya no se pueden explicar desde la política.
Sin embargo Cateriano parece estar priorizando sus creencias democráticas: el tono conciliador con la oposición revela a un jefe de Gabinete consciente de su responsabilidad en la democracia no obstante el margen de maniobra frente a los adversarios. La prudencia de la oposición ante la posibilidad de un nuevo choque con el Ejecutivo, debido al fantasma de otra censura del Gabinete y la eventual disolución del Legislativo, es una clara demostración de que el oficialismo ha recuperado cierta iniciativa.
Si las cosas van en ese sentido, surge una interrogante, ¿la mal llamada pareja presidencial dejará que Cateriano desarrolle el perfil de Primer Ministro con poder y perfil democrático, que parece insinuar? El tiempo lo dirá. Hasta hoy todas las crisis del Ejecutivo provienen de las intromisiones de Nadine Heredia en la función ministerial.
Algo más. Cateriano tiene que superar una verdadera cordillera. De una u otra manera, en el nacionalismo se ha entendido que la única manera de pelear por un espacio electoral en el 2016 pasa por enfrentar abiertamente al fujimorismo y al aprismo para arrinconarlos como “representantes de la política tradicional” y levantar las banderas del anti en la campaña electoral.
Si se analiza desde la orilla del nacionalismo, es evidente que, al margen de su naturaleza autoritaria y reñida con las tradiciones democráticas, esta estrategia puede ser eficaz en la creación de un espacio electoral para los seguidores de Humala. Los permanentes ataques del jefe de Estado a los líderes opositores, el ensayo agresivo de Urresti y el previo accionar de Cateriano en la cartera de Defensa parecen indicar que en el régimen hay un claro convencimiento en la necesidad de desarrollar ese posicionamiento.
Aquí necesariamente surge otra pregunta, ¿cuánto interferirá la estrategia electoral del nacionalismo con la aparente intención de Cateriano de conciliar con la oposición? ¿Se producirá un inevitable cortocircuito? Una vez más el tiempo lo establecerá, pero es evidente que Cateriano hoy tiene más espacio de maniobra frente a la mal llamada pareja presidencial que los anteriores jefes de Gabinete. Al matrimonio Humala se le han reducido las posibilidades.
De una u otra manera, Cateriano se jugará su futuro político como Primer Ministro absolviendo estas interrogantes. Conociendo la trayectoria del nuevo jefe de Gabinete es difícil imaginarlo compartiendo el triste papel de Juan Jiménez Mayor, por ejemplo, quien se había convertido en un virtual secretario al frente de la PCM. Más apropiado parece pensar que Cateriano tratará de dejar huella para seguir haciendo política. Al respecto, vale recordar que el Perú ha tenido verdaderos jefes de gabinete que luego continuaron ensanchando sus posibilidades políticas: Manuel Ulloa, Luis Alva Castro, PPK, y Jorge del Castillo, por citar a algunos.
Por Víctor Andrés Ponce
06 - Abr - 2015
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