LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
Apuntes sobre derechas e izquierdas
En medio de la intensa confrontación electoral
En los últimos días no se publican encuestas de intención de voto para el Congreso, pero sí se intensifican las campañas de descalificación de los adversarios, sobre todo los intentos de demonizar a los grupos de derecha que se presentan a los comicios. Los evidentes posicionamientos electorales de Fuerza Popular, Solidaridad Nacional y el Apra, y la práctica desaparición de los movimientos de comunistas de izquierda, no se compensan con la posición expectante del Partido Morado.
En este contexto todo indica que el próximo Legislativo estará más inclinado hacia la derecha, una inclinación que, considerando la experiencia de los próximos congresistas y el desarrollo de la situación, no podría ser contrapesada por la bancada de Acción Popular, que lograría la primera mayoría relativa. En cualquier caso, es un tema abierto.
Quizá en este contexto se explique la virulenta campaña de las izquierdas en contra de las derechas. En esta lógica de antipropaganda –siguiendo el libreto marxista– no queda nada en pie y se atribuyen todos los males del país a estas nuevas derechas.
Uno de los argumentos que se esgrime es que las derechas no tienen nada nuevo que ofrecer y que representan solo una suma de conservadurismo y sectarismo. Y ¿qué ofrecen las izquierdas en sus versiones comunista y caviar? Por ejemplo, ¿las llamadas izquierdas caviares alguna vez han logrado propalar un mensaje claro en defensa del régimen económico que los diferencie de las zurdas comunistas y colectivistas? Es evidente que no. En Chile, por ejemplo, lo que se podría llamar izquierda caviar no dudó en pasar del respaldo a la Constitución de los ochenta a un abierto apoyo a la convocatoria de una constituyente, luego del estallido social.
En otras palabras, si se trata de ser objetivos, las izquierdas y las derechas en el Perú parecen haberse quedado congeladas en la Guerra Fría. La renuencia a defender la economía abierta con firmeza es parte de ese fenómeno. Las izquierdas parecen esperar el momento político y social para definir el tema, y las derechas consideran que la defensa de los valores conservadores puede desligarse de una posición clara sobre la economía.
De allí que en el debate electoral hacia el Congreso el relanzamiento del crecimiento y el papel de la inversión privada en la expansión económica y el proceso de reducción de pobreza sean los temas ausentes. Todo esto sucede no obstante que sectores de izquierda y la derecha en general serían barridos si es que se impusiera el colectivismo en el Perú.
La situación de las derechas e izquierdas en el país es producto de la falta de pactos y acuerdos republicanos. Cuando hubo acuerdos y convergencias en España y Chile, por ejemplo, surgieron derechas e izquierdas y modernas. Cuando esos entendimientos se debilitaron emergieron los tradicionales comunismos y colectivismos. Hoy ambos países, salvando las distancias, miran el abismo colectivista.
Desde la caída del fujimorato en el Perú nunca hubo pactos y siempre hubo izquierdas y derechas tradicionales, sin renovaciones ideológicas y programáticas. De alguna manera, pues, seguimos en lo mismo.
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