Dardo López-Dolz

¿Y para cuándo las transferencias?

¿Y para cuándo las transferencias?
Dardo López-Dolz
05 de julio del 2016

Sobre las comisiones de transferencia de los ministerios

Estamos a menos de un mes del cambio de gobierno y hasta hoy, viernes 1, no se acercan muchas de las comisiones de transferencia a tomar conocimiento del sector. Es comprensible que el presidente electo no haya terminado de definir aún todos los miembros de su gabinete; pero hay sectores con una dinámica tan veloz y afectados por problemas realmente serios, que se hace imprescindible que los oficiales o delegados del nuevo gobierno tomen contacto, cuanto antes, con la actual administración, así no estén entre esos delegados el futuro ministro. El Ministerio de Interior, por ejemplo. Y, hasta donde sé, aún nadie se acerca al Mininter.

A propósito del Mininter, independientemente de la persona en quien recaiga inicialmente la responsabilidad, no me cabe duda de que la diferencia de estilo de gestión presidencial será evidente. Los sucesivos ministros de Interior de este gobierno que, felizmente, agoniza, han visto reducido su margen de decisión por la persistente intromisión conyugal palaciega; a la que se ha sumado el derecho a la última palabra de superasesores con poder, pero sin responsabilidad (Montesino’s way), ayudados por funcionarios relevantes que no responden al ministro, sino directamente a Palacio. Este nefasto estilo cercena la posibilidad de que un ministro encabece el necesario cambio que la ciudadanía reclama para el sector.

En el pasado me ha tocado interactuar profesionalmente con PPK, como ministro de Economía y premier. Es de las personas que diligentemente deja hacer a quienes encarga funciones y responsabilidades, sin imponerles segundos ni terceros, ni mucho menos superasesores. Como fruto de ello hemos podido apreciar sucesivos ministros de Economía que antes fueron sus “vices”, uno de los cuales asumirá muy probablemente el premierato.

El problema con la demora citada al inicio de este artículo es que deja poco tiempo para que el futuro ministro elija sus viceministros, secretario general, jefe de Asesoría Jurídica, jefe de OGA y otros puestos relevantes para la dirección, incluido su gabinete de asesores. Esto nos somete al riesgo de una elección apresurada que, por la premura, puede acabar como más de lo mismo.

Es probable que la indefinición formal de los términos de interacción entre el futuro partido de gobierno y la mayoría parlamentaria esté alimentando la espera. Pero dado que un pacto de cogobierno es —por lo menos en este momento— inviable y un acercamiento formal improbable, lo recomendable es acelerar el paso, decidiendo a qué profesional conocedor del sector se le encargará cada ministerio. Lo ideal es que sea una persona con velocidad de gestión privada y conocimiento del ritmo estatal, pero sin vínculos emocionales que lo unan demasiado a los aspectos institucionales que deben cambiarse para obtener resultados. Un problema evidente cuando se elige a un oficial retirado para los ministerios de Interior o Defensa (aquí con el agravante de los naturales celos interinstitucionales).

El plazo se acorta, los problemas no. Es tiempo de tomar decisiones.

 

Dardo López Dolz

 

Dardo López-Dolz
05 de julio del 2016

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