Manuel Erausquin

Taxi de riesgo

Taxi de riesgo
Manuel Erausquin
17 de diciembre del 2014

Por inseguridad, la paranoia se ha vuelto compañera cotidiana de limeños

La ola de inseguridad en el país no responde a caprichos imaginativos, el riesgo de asalto, violación y asesinato es real. Aquí no hay exageración, el mejor cotejo con la realidad está a la distancia de un click. Una revisión por los portales informativos y nos damos con las noticias más espeluznantes.  Luego de esa constatación salimos a la calle y nos enfrentamos a la incertidumbre de ser la próxima víctima. Así vivimos hoy y la paranoia se ha vuelto en una compañera recurrente. Siempre lista y dispuesta a salir con uno. Nunca dice no.

En ese trance uno quiere darle cierta tranquilidad a este trastorno de personalidad y aspirar a la tranquilidad, una compañera un poco evasiva en estos tiempos, pero todavía accesible con un poco de ingenio y determinación. Por eso mismo, muchas veces se elige un taxi de empresa para poder viajar sin pensar que en algún momento el conductor se transformará en un ser diabólico y uno acabe desvalijado en algún descampado. Esto en el mejor de los casos, porque terminar enterrado o flotando en el mar con una bala en la cabeza es una posibilidad que se debe considerar.

En ese sentido, la aparente seguridad que proyectaban muchas empresas de taxi se ha quebrado: la confianza ha empezado a morir. Más aún, cuando la empresa Easy Taxi, que ha sido blanco de varias denuncias, expone una documentación de términos y condiciones donde indican muy sueltos de huesos que no se responsabilizan de ningún tipo de robo o eventualidad de riesgo. En otras palabras, te ofrecemos el servicio de traslado, pero no te garantizamos que llegues sano y salvo a tu destino. Todo dependerá si el chofer es un ser decente -porque los hay- o el jefe de ‘los destructores’.  La fortuna del viaje depende del azar. Aquí nadie se hace cargo.

Y en estos últimos días, una denuncia de una madre de familia ha consternado a la opinión pública. Supuestamente un conductor de Easy Taxi habría tenido una actitud impropia con una menor de edad, una adolescente de 14 años. La chica usó ese servicio y el sujeto le indicó que se sentará en el asiento de adelante. Luego, la madre brinda pormenores que su hija le transmitió, donde uno se queda paralizado.  Por ejemplo, que agarró su mano y la lamió. Ese solo hecho es criminal, esa empresa debe ser sancionada. Y ese tipo debe terminar preso. No hay  grises en este tema. Se está hablando de acoso sexual y agresión sexual.  A eso le siguen los comentarios morbosos e intimidantes.  Un acosador que, según la mamá, ha llamado a la muchacha a su celular para seguir molestándola. Una pesadilla que nunca debió suceder.

La empresa Easy Taxi  ha publicado un comunicado señalando que el conductor ha sido separado y que ellos van a revisar sus criterios de términos y compromisos. A ver, esta gente se tiene que hacer cargo. Esto no puede ser tierra de nadie. Es decir, la empresa de taxis no puede enviarte a un criminal y después desentenderse. En Estados Unidos y España se ha prohibido este tipo de servicios por no dar garantías. La justicia peruana debe echarle el ojo a estas empresas. Nadie quiere viajar conducido por el cochero del diablo.

Por Manuel Eráusquin (17 - dic - 2014)
Manuel Erausquin
17 de diciembre del 2014

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