Romper la inercia

Recuperar el crecimiento económico demanda tender puentes, no dar portazos

Alonso Segura, nuevo titular del MEF, tiene, pienso, una gran tarea y prioridad por delante: romper la inercia en la que hemos caído en materia de reactivar el crecimiento económico.

Partamos de una realidad. Si la opción principal que vislumbra el Gobierno es revertir las cifras como consecuencia de que se atenúe el choque de nuestra oferta externa (mejores precios y/o mayor volumen de nuestras principales exportaciones), mejor no hagamos nada y, a esperar se ha dicho, que los mercados internacionales nos vuelvan a sonreir como antaño.

Pero si prima la realidad y la lógica, la agenda del MEF es frondosa y urgente, pero también lleva implícita un alto costo político por delante.

Por ejemplo, derogar normas, procedimientos y requisitos de reciente data en materia laboral, que el día de hoy convierten al Perú en la economía con los mayores sobrecostos laborales de la Alianza del Pacífico, va a traer reacciones de los sectores sindicales retardatarios, que representan a una  abierta y exclusiva minoría de la PEA.

Por ejemplo: derogar, suspender o morigerar normas, procedimientos y requisitos ambientales, que, sin reducir las altas exigencias en el sector de industrias extractivas o en materia de infraestructura, nos devuelva algo de la competitividad que hoy tienen esas actividades en Colombia (por poner un caso muy cercano), arrastraría la oposición de quienes quieren hacernos creer que la contaminación, la deforestación indiscriminada y el arrasamiento de comunidades enteras estarán a la vuelta de la esquina.

Claro, pero esos mismos “indignados” no se han preocupado por exigir que las emisiones de carbono que hoy soportamos quienes vivimos en Lima y en varias capitales de provincia sean erradicadas sin miramientos. Les aseguro que hoy muchos citadinos soportamos un aire mucho más contaminado que cualquier poblador andino que vive al costado de una operación minera legal que sí cumple con los estándares ambientales exigidos.

Por ejemplo, el ministro Segura tendría que vencer sus propias resistencias por necesidad de caja y recaudación, para darle una mayor capacidad de consumo y gasto a la población. En caso que medite reducir el IGV al menos en un punto, tendría que tomar en cuenta que el Estado sigue con las arcas llenas mientras la incapacidad de mejorar la calidad del gasto y la inversión pública está incólume, y mientras se ha aumentado en casi 11% el Presupuesto del 2015 y se ha destinado el mayor monto de aquel -casi en su integridad- al gasto corriente.

Por ejemplo, el ministro tendría que vencer las resistencias del BCR y convencer a la autoridad monetaria de que así como ha reducido la tasa de interés de referencia, debería dejar que el tipo de cambio lo determine libremente el mercado, y también debería promover simultáneamente una mejora para los exportadores peruanos con el beneficio que ello acarrea en mayor generación de empleo.

Es decir, si el camino es romper la inercia, eso supone vencer una serie de resistencias políticas. Ello por cierto supone un neo empoderamiento del MEF, no de Palacio (eso lo damos por descontado), sino de la oposición política desde la perspectiva de las necesidades de país. Si es así, Segura necesita tender puentes políticos antes que dar portazos como el que le acaba de darles a los técnicos del APRA el lunes último.

Por Mario Saldaña C.
(18 Set 2014)