¿Qué hacer con Sedapal y Petroperú?

La necesidad de cambiar a las empresas estatales

Alan García y PPK han manifestado explícitamente que no van a privatizar Sedapal. Nos atrevemos a decir que lo mismo dirían todos los candidatos. Ni siquiera el Presidente de AFIN, Gonzalo Prialé, se atreve a mencionar la palabra “p”. Ello a pesar de que casi un millón de limeños de Pueblos Jóvenes, paga 10 veces más por el agua que quienes viven en San Isidro porque deben comprársela a un camión cisterna. Con Petroperú el tema es similar. A pesar del escandaloso derrame del oleoducto, producto de un evidente problema de gestión; y a pesar de que el precio de la gasolina no baja para hacer “caja” para financiar Talara, no se han escuchado voces en favor de su transferencia al sector privado.

Y es que en el imaginario popular hace tiempo la palabra “privatización” es anatema. La mayoría de peruanos considera que la búsqueda de lucro es incompatible con el bienestar social. Esa es la madre del cordero. Y los candidatos no están para perder votos diciendo lo que la gente no quiere escuchar.

Este no es un debate ideológico. La izquierda lo pone así porque le conviene a quienes se benefician de esos elefantes blancos de donde rentan miles de trabajadores de baja productividad  y altos sueldos relativos, para no mencionar a los dirigentes sindicales que no trabajan y a aquellos que se benefician indebidamente de su posición decisora para otorgar contratos.

Este debe ser un debate técnico. Principalmente de gobierno corporativo y de incentivos para hacer las cosas bien. En una empresa estatal no hay suficientes incentivos para ser productivos al no haber una exigencia clara de rentabilidad. No hay los mecanismos de control que se imponen en una empresa privada, por lo que es más fácil que haya corrupción. Además está el tradicional “contacto político” que suele inflar artificialmente las planillas.

De ahí que haya gente dispuesta a pagar por el servicio de agua y la empresa que tiene el monopolio del servicio no sea capaz de brindarlo. De ahí que las empresas estatales sean débiles financieramente y seamos los peruanos quienes tenemos que pagar sus facturas.

Una opción viable políticamente para el caso del agua es generar contratos de gerencia. Se han presentado recientemente Iniciativas Privadas auto-sostenibles para mejorar y ampliar el servicio sin subir tarifas. Basta ser eficientes y eliminar la corrupción para que ello sea posible. Los sindicatos ya salieron a protestar: las van a quitar la mamadera.

En el caso de la energía conviene pensar en dejar el control de Petroperú a las AFPs garantizando en la transición un mínimo de rentabilidad. Se podría así profesionalizar la gestión, hacer la empresa productiva y sobretodo sacarla del presupuesto público.

Pero estos no son temas de campaña, periodo por definición populista. La verdad la sabremos luego. Esperemos no nos espere el acostumbrado y estéril continuismo en esta materia.