Gustavo Rodríguez García

Pintar murales, subir a combis

Pintar murales, subir a combis
Gustavo Rodríguez García
16 de marzo del 2015

Enfoque crítico sobre las decisiones polémicas del nuevo gobierno municipal de Lima.

El alcalde de Lima, Luis Castañeda, dispuso eliminar algunos murales ubicados en el Centro Histórico de Lima. Esta noticia ha generado un intenso debate en la semana que ha transcurrido, en particular, respecto de cuáles son los alcances del pintado de paredes, muros y fachadas (¿eran realmente fachadas las que estaban pintadas?), a la luz de las recomendaciones de Unesco y como consecuencia de la noticia de que uno de los artistas es un simpatizante confeso del Movadef.

Lo cierto es que a uno le pueden gustar o no las obras artísticas que fueron pintadas y uno puede discrepar o no de la decisión del alcalde… pero en cuestiones de este tipo, debe tenerse cuidado de no violentar otros derechos que pudieran estar en juego. En concreto, las obras artísticas se encuentran protegidas por las normas de derecho de autor y, de esta forma, los autores cuentan con una serie de prerrogativas dentro de las cuales se encuentra la de impedir que terceros violenten su obra de forma no autorizada.

La discusión es más compleja y extensa de lo que el espacio nos permite porque debe ponderarse también otros derechos como el de la propiedad de los inmuebles en los que pudieran haberse pintado los murales, si es que ese fuera el caso. Más importante para la discusión de coyuntura, sin embargo, es notar que el alcalde Castañeda inicia su gestión evidenciando “poca muñeca” para abordar diversos asuntos. Parece que el alcalde cree que esta gestión puede ser como sus dos primeras gestiones, olvidándose que, a partir de la experiencia Villarán, los limeños estamos más atentos y somos más críticos de aquellas decisiones públicas que puedan ser, en algún sentido, polémicas.

Ejemplo de esta “falta de muñeca” es lo ocurrido con la denominada Reforma del Transporte. Si Castañeda quería desmarcarse del fantasma de “Orión”, claramente está eligiendo una estrategia equívoca. Hoy más que nunca se percibe que la Reforma del Transporte –esa que todos los limeños queremos- ha quedado desactivada sobre la base de consideraciones que, aunque pudieran ser perfectibles, no herían de muerte lo ya avanzado. Los limeños queremos deshacernos de las combis, señor Castañeda. Parece que usted o su equipo no han entendido que el voto popular fue en contra del estilo de la señora Villarán pero no necesariamente en contra de sus planes para el transporte ni su gestión en el ámbito cultural.

Lo que los limeños querían es que la conducción de esas buenas ideas recaigan en las manos de un gestor eficiente. Señor Castañeda, usted es percibido como tal. En ese sentido, desde este modesto espacio, lo invocamos a asumir el liderazgo de la reforma del transporte. Pero no nos regale más años de Orión ni más años de caos. No vaya ser que por despintar murales de prisa, Lima termine condenada a perder el tiempo cuando, es claro, nuestra ciudad debiera apurarse en crecer en modernidad, en orden, seguridad y respeto al vecino.

Por Gustavo Rodríguez García

16 - Mar - 2015

Gustavo Rodríguez García
16 de marzo del 2015

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