Juan Carlos Valdivia

Mejor busquen otro PCM

Mejor busquen otro PCM
Juan Carlos Valdivia
24 de noviembre del 2014

Sobre la creciente avalancha de denuncias de corrupción que alcanzan al gobierno

El ambiente político se enturbia cada día más. La denuncia de los negocios de Martin Belaunde Lossio muestran un gobierno nervioso, que busca todas las artimañas para aplazar la toma de decisiones en esta materia, con un Presidente de la República encerrado, declarando solo para los medios estatales, y de respuestas impudentes (como las referidas al fujimorismo) cuando se ve obligado a tocar el tema.

El Presidente Humala ha pasado a decir que las denuncias contra Belaunde Lossio debieran tratarse con prudencia, a afirmar que no hay razones para formar una comisión investigadora, para finalmente tratar de tomar distancia y sentenciar que espera verlo frente a un juez. Es claro que por las razones que fueran, el tema les es incómodo a los habitantes de Palacio de Gobierno.

Sin embargo, cada vez son mayores las razones que hacen sospechar de estrechos vínculos económicos entre Belaunde y los Humala Heredia. El pasado viernes, el semanario “Hildebrandt en sus trece” ha mostrado que la empresa “Soluciones Capilares”, que contrató a la señora Heredia una consultoría para evaluar el mercado por el monto de 50,000 dólares, no es sino un cascarón que nunca funcionó y que ni siquiera pudo pagar el monto inicial pactado por la franquicia. Situación similar a la de la empresa española Antalsis, en quiebra en España, y a la que, según declaraciones del mismo Belaunde Lossio, el amigo de los Humala Heredia le alquila la maquinaria y le consigue los ingenieros para cada obra. Es decir, un cascarón que supuestamente pone su experiencia en Europa, pero en realidad solo sirve de fachada para poder participar en contrataciones con el Estado.

¿Qué otras operaciones, que otros negocios contratando con el Estado ha venido realizando este grupo de amigos de Palacio de Gobierno? Pues todo parece indicar que también han estado metidos en la contratación de publicidad, donde habrían intermediado millonarios contratos.

Es el problema de los aventureros que buscan la presidencia no con un proyecto político, sino como una forma de ascenso social y económico. A Ollanta Humala y su esposa los guiaba la ambición por el poder, pero está claro que no solo para transformar el país, sino también -por lo menos- para que sus amigos puedan resolver sus angustias económicas hacia el futuro.

En el gobierno esperan que la reunión ambiental de carácter mundial a desarrollarse en diciembre haga que todo este escándalo se cubra, y se olvide. Están en un error. Las investigaciones han avanzado por el impulso de la prensa libre –aquella que no está sometida a Palacio- y sin duda, esto seguirá in crescendo. Cada semana serán nuevas las denuncias, y aunque hayan pasado dos semanas de la primera denuncia y ninguna instancia estatal haya iniciado investigaciones (ni la contraloría, ni la fiscalía, ni la procuraduría anticorrupción, ni el Congreso) la prensa seguirá cumpliendo un papel protagónico en la develación de quienes son los verdaderos socios de Belaunde Lossio.

Cuando las denuncias alcancen altos decibeles, este gobierno necesitará un verdadero Presidente del Consejo de Ministros (PCM) -que por sí mismo tenga el respeto de la ciudadanía- para tratar de pasar el difícil trance en el que se encontrarán. Y ministros que no sean secretarios ni perros de presa de la mal llamada pareja presidencial. Es el siguiente acto en este drama que el gobierno se niega a reconocer.

Por Juan Carlos Valdivia
(24 - nov - 2014)

Juan Carlos Valdivia
24 de noviembre del 2014

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