Irresponsable despedida

Las preocupantes últimas medidas económicas del nacionalismo

El aumento del sueldo mínimo vital en cien soles, el anunciado cambio en el esquema regulatorio para la fijación de las tarifas eléctricas (con el ánimo de reducirlas) y otras sorpresas más integran el menú de despedida de este Gobierno, sumido en una pobre aprobación (menor al 20%). Una caída que ya los obligó a sacar de carrera a su candidato presidencial para evitar perder lo poco que les queda: su membrete partidario.

En el caso del aumento del sueldo mínimo, existen economistas que fundamentan que, por la inflación y algunas supuestas mejoras en la productividad, el incremento resulta consistente. No obstante, su impacto en las pequeñas y medianas unidades productivas será claramente nocivo, pues creará las condiciones para seguir extendiendo la gran informalidad que ya hay en el Perú.

Adicionalmente, parece que para el Gobierno la desaceleración y el frenazo económico son cosa del pasado. Pero la recuperación del crecimiento del país sigue aún muy lenta y nada indica que eso vaya a cambiar. Si lo que los agentes económicos (sobre todo la mediana, pequeña y micro empresa) estaban esperando era más señales de que lo peor ya había pasado, con estas decisiones las preocupaciones retornan y solo queda la esperanza de que los siguientes cuatro meses pasen rápido.

El caso de las tarifas eléctricas no es menos grave. Imbuidos de las “ofertas electorales”, tanto el Ministerio de Energía y Minas y el OSINERGMIN (entidad que debería destacar precisamente por su independencia, autonomía y capacidad técnica) han decidido tirar abajo el esquema regulatorio que rige para el sector eléctrico desde hace más de 22 años; un esquema que ha permitido atraer miles de millones de dólares de inversión, generar cientos de miles de empleos y mejorar la calidad de vida (con infraestructura básica) de millones de peruanos. Y todo ello con el pretexto de retirar la indexación al dólar para calcular los costos que luego inciden en los recibos de luz.

Hace más de dos décadas que el tipo de cambio influye en la fijación de tarifas; pero como ahora el tema se ha politizado, la ministra Ortiz y el señor Tamayo, presidente de OSINERGMIN, han decidido que el dólar no va más. Como si la importación de turbinas, insumos, hornos y demás se pudiera hacer en rublos, yenes, reales o soles. Lo que muchos desconocen es que en el recibo de luz que usted (amigo, amiga lectora) y yo pagamos, el tipo de cambio solo explica la tercera parte del costo total. Las otras dos terceras partes están determinadas por el subsidio directo que todos los peruanos aportamos a obras de infraestructura, como el Gasoducto del Sur (GSP, un proyecto que ni siquiera cuenta con cierre financiero). ¿Acaso no hay otras formas de financiamiento (entre los inversionistas y el Estado) que no carguen nuestros recibos de luz?. ¿Tan importante es el GSP para este Gobierno?

Está bien que en este momento nuestra principal preocupación sea elegir a la persona más indicada para dirigir el país durante los siguientes cinco años. Pero de ninguna manera deberíamos aceptar el oportunismo, el populismo y la grave irresponsabilidad de esta gestión, que pretende tirar varias “papas calientes” al siguiente Gobierno, con decisiones que van a afectar gravemente las condiciones de inversión y la recuperación económica en el siguiente lustro. Ya bastantes complicaciones tiene la siguiente administración como para cargarle más la mochila.

Mario Saldaña C.

@msaldana