Jaime Chincha
El Perú que sueño
Reflexiones crudas del presente sin perder la esperanza en el futuro
Sueño en un país con colegios públicos enormes, equipados, limpios; con profesores graduados en maestrías, con buenos sueldos, bilingües, despolitizados de esa costra llamada Sutep. Con estudiantes contentos de ir a clase porque están conectados a un iPad con libros electrónicos de todos los cursos; leyendo, siempre leyendo
Sueño en un país gobernado por intelectuales, empresarios, gerentes y presidentes de directorio; no por esos pillos que roban cable, los comeoro y los comemierda. Los sabios deberían ser congresistas y no los burros, los genios deberían ser asesores, los ejecutivos deberían ser Ministros.
Sueño en un país con un Estado moderno, eficiente y honesto. Con funcionarios pensando en hacer mejor la vida de la gente. Con servidores ganándose al ciudadano en la ventanilla; sabiendo que a cambio pueden tentar un mejor sueldo y un ascenso. Sin servidores nombrados, porque nada dura para siempre.
Sueño en un país con hospitales atendiendo a quien lo necesita. Grandes edificaciones con médicos que nunca hacen huelga, porque les pagan bien y no tienen razones para quejarse. Que los hospitales públicos sean como la mejor de las clínicas. Que todos tengan acceso a la salud sin chistar; que todos los peruanos tengan DNI.
Sueño en un país con un tren de la costa, otro de la sierra y otro en la selva. Que esos trenes se conecten con más trenes transversales en el norte, centro y sur. Que de cada estación en capitales de provincia se desprendan otros trenes medianos de cercanías; y muchos metros, metropolitanos, alimentadores, buses, mototaxis y pequepeques. Que cada peruano pueda movilizarse por todo el territorio con modernidad, comodidad y principalmente dignidad. Que se destierren por siempre las combis y que sus choferes sean rehabilitados de urgencia, para que puedan manejar el transporte del futuro. Que la gente no pare el taxi donde le da la gana. Que el peatón no sea un suicida en potencia.
Sueño en un país con jueces no solo honestos sino acreditadamente calificados. Que los mejores juristas y abogados compongan la judicatura; saber bien que, sobre ese juez, descansa todo el peso de la ley y el equilibrio. Que los fiscales también sean los mejores hombres de derecho; que los policías sean realmente respetados y que, de solo verlos, uno sienta el brazo de la autoridad tomando nota de nuestros actos, sin vainas ni cuchipandas.
Sueño en un país que vote libremente a sus autoridades, jamás por la fuerza. Que el sufragio sea libre, que quien vaya a las urnas lo haga sintiendo la peruanidad en su voto. Que quien no lo haga sea comprendido por su indiferencia, pero enseñándole a sentir esta patria tan compleja y hermosa.
Sueño en un país que nunca más discrimine ni repte en la hipocresía; que llamar a alguien cholo no sea más un insulto; que nunca se juzgue a alguien por su conciencia y religión. Que nadie sea menos por su origen, raza, sexo o condición económica. Que todos amen sin temores y que todos defiendan la libertad para siempre.
Sueño.
Por Jaime Chincha
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