Dante Bobadilla

El Estado multiconfesional

El Estado multiconfesional
Dante Bobadilla
21 de enero del 2016

Debate sobre el Estado laico

La candidata del Frente Amplio, Verónika Mendoza, sacó el tema de las relaciones entre el Estado y la Iglesia al decir que, de llegar a la presidencia, eliminará los aportes del Estado a la Iglesia Católica. Luego añadió que, en todo caso, tendría que tratarse a todas las confesiones religiosas por igual, “sin discriminación”. A continuación, el candidato morado, Julio Guzmán, y después Keiko Fujimori, propusieron casi lo mismo: darles dinero del Estado a todas las confesiones religiosas. Esto quiere decir que en vez de avanzar hacia un Estado laico moderno, desligado de la Iglesia, lo que se quiere es crear un Estado multiconfesional.

No hay nada más funesto que andar prometiendo plata del Estado. Es política barata, populista y demagógica, además de irresponsable. El erario no es la caja chica de los candidatos para que vayan por allí prometiendo plata como cancha para todos. Y mucho menos para financiar actividades privadas, como son las iglesias. ¿Cuál es la razón para que el Estado financie a las iglesias de toda clase, desde los vernaculares hasta los vividores que cobran por la entrada?

También eso de poner a la Iglesia Católica en igualdad con las demás iglesias es un disparate. Diré más: toda postura igualitarista basada en el dogma de la “no discriminación” es absurda y ridícula. Al progresismo le encanta predicar el igualitarismo y la no discriminación, aunque luego se dediquen a crear sectores privilegiados. Es solo otra forma de clasismo. La izquierda discrimina pero al revés: ellos quieren que los de abajo estén arriba y viceversa. Es ridículo colocar a la Iglesia Católica, con todos sus años y su influencia en la cultura peruana (que a no me gusta), en el mismo nivel que las otras iglesias. Hay que discriminar.

Lo mejor sería avanzar hacia un Estado verdaderamente laico, eliminando el fetichismo de sus actos oficiales y liberando a las instituciones tutelares de la patria de su adoración a santos patrones. Desgraciadamente es imposible hablar de estas cosas en un país donde el adoctrinamiento religioso se inicia en la primera infancia y se prolonga a lo largo de toda la etapa escolar, por lo que la mayoría de la gente casi no tiene otra forma de pensar que no sea religiosa, y muchos defienden esas creencias como si fueran parte de su ser. De modo que discutir objetivamente la necesidad de un Estado laico y de una política separada de la religión, es muy difícil en nuestro país, que sigue siendo uno de los más religiosos del planeta, junto a los africanos y musulmanes de Asia central, lo cual no nos ha ofrecido ninguna ventaja en el mundo. No entiendo por qué muchos afirman con cierto aire de orgullo que el nuestro es un pueblo “profundamente Católico”, como si eso fuera una virtud.

El Estado debe representar a todos, no solo a los católicos y ni siquiera solo a los cristianos. El Estado es de todos, incluyendo ateos. La democracia no es el totalitarismo de las mayorías sino fundamentalmente el respeto a las minorías. En tal sentido, el Estado debe ser religiosamente neutro y representar a todos. Nadie puede oponerse a que el Estado tenga tratos con cualquier iglesia, pero si a financiarlos. Los aportes del Estado a la Iglesia Católica deben acabar por un sentido elemental de independencia. Se dice que estos aportes son del orden de dos millones de soles, una minucia que seguramente la Iglesia puede recaudar en un solo horario de misa, ya que este es un pueblo “profundamente católico”. Los tratos del Estado con la Iglesia deben estar referidos al apoyo directo en obras sociales concretas y nada más.

En resumen, basta de prometer plata del Estado a las iglesias. Y si quieren alguna reforma, empiecen por reformar el Estado para crear un verdadero Estado laico, que no esté plagado de creencias religiosas en casi todos sus actos oficiales e instituciones. Bienvenidos los tratos y acuerdos con cualquier confesión religiosa si eso abona en favor del pueblo.

Por Dante Bobadilla

 
Dante Bobadilla
21 de enero del 2016

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