El diagnóstico está hecho

Sobre las reformas que se necesita para garantizar seguridad al ciudadano y su propiedad.           El mundo cambia más rápido de lo que alcanza a procesar el aparato estatal peruano, heredero de vicios que virreinales. Esta verdad innegable alcanza ribetes de gravedad extrema cuando abordamos la libertad y su correlato en las necesidades de seguridad de los ciudadanos, desnudando una realidad institucional anacrónica y desfasada de aquellos encargados de protegernos. Policías mal remunerados, mal equipados, pobremente formados y sin control eficaz. Sus instituciones apenas subsisten en condiciones inapropiadas para los riesgos contemporáneos, infectadas por una corrupción que avanza inexorablemente en un cuerpo incapaz de detectar el daño y enfrentarlo con efectividad.

Ojalá la votación premie el 2016 a quien exhiba capacidad de reforma, tarea urgente, impostergable, vital, para quienes nos gobiernen desde Julio del próximo año, después de este quinquenio en que se combina el “estilo muertito” con la insensata marcha en reversa en un mundo cada vez más peligroso por la imitación y expansión del crimen organizado transnacional. No hacerlo nos conducirá en pocos años a la deplorable condición de narcoestado. inhabitable para la gente de bien.

La Policía necesita adecuar su concepción a las necesidades contemporáneas de seguridad y tranquilidad de la ciudadanía, razón de su existencia. El cambio es necesario desde el proceso de selección de aspirantes, combinado con una real modernización del anacrónico y pobre proceso formativo y una limpieza desde arriba (no solo por el lado débil de la pita) separando de la institución (ceses, no traslados) a los miembros putrefactos, para que la gangrena no avance al resto del cuerpo.

El Poder Judicial debería ejercer su autonomía para romper con los viejos vicios de lentitud, corrupción y pésima comunicación con el ciudadano lego en derecho, para dejar de ser percibido como ineficaz administrador de justicia, y para recuperar el respeto ciudadano haciendo que éste se sienta fundadamente protegido. Hoy prevalece la percepción inversa que induce a la ciudadanía a usar métodos delictivos de reclamo o solución violenta de conflictos, previos a la concepción de la forma más primitiva de sociedad.

Las Fuerzas Armadas, infectadas crecientemente por las mismas formas de corrupción que afectan a la Policía (narcotráfico, comisiones ilegales, uso indebido de fondos operativos, pésimas compras, uso político indebido de sus capacidades, etc.) debe enfocar sus esfuerzos en contar con la capacidad efectiva para enfrentar los problemas actuales en el ámbito de su competencia

Los servicios de inteligencia deben sacudirse del oportunismo político para servir a los intereses del Estado, que no es lo mismo que lustrar el calzado  del gobernante.

La protección registral de la propiedad debe poner al servicio del ciudadano todos las garantías que la tecnología contemporánea permite (verificación biométrica y comunicación en tiempo real por ejemplo), pasando por limitar geográficamente la competencia notarial. Ambos cambios solo requieren decisión política, ya que el costo de su implementación se diluye rápido en el tiempo en la tasa cobrada a  los usuarios.

El diagnóstico está hecho, el voto ciudadano será responsable del futuro.

Por Dardo López-Dolz
24 - Mar - 2015