Dante Bobadilla

Discusiones ociosas

Sobre la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable

Discusiones ociosas
Dante Bobadilla
16 de noviembre del 2017

No hay nada más errado que tratar de cambiar a los demás, ni nada más iluso que pretender transformar la sociedad. Pero es una obsesión de muchos políticos. ¿Creen que la gente está interesada en su debate sobre la alimentación saludable? ¿Que al grueso de la población le importan sus rombos o semáforos? ¿Que todos ansían tener más información para cambiar sus hábitos? Francamente es un debate ocioso.

Casi todas estas maravillosas leyes son burdas copias. Llegan acá por imposición de organismos internacionales que solo analizan estadísticas. Pero hay una gran distancia entre las preocupaciones de una elite burocrática y la realidad social. Importamos modas ideológicas y soluciones como si todas las sociedades fueran iguales y vivieran con las mismas costumbres, cultura y educación.

En EE. UU., por ejemplo, la vida es muy diferente. La gente no corta un limón para exprimir el jugo, sino que abre una botella; no licúa tomates, sino que abre una lata; no chanca un diente de ajo, abre un frasco; no pelan y cortan papas para freírlas, abren una bolsa de papas cortadas y precocidas. En suma, la vida en una sociedad industrializada y tecnificada es absolutamente distinta y, por lo mismo, sus problemas son muy diferentes a los nuestros.

Carece de sentido tomar otros países como referencia. El peruano es único en su modo de ser, y también en su manera de alimentarse. Los hábitos alimenticios varían a lo largo y ancho de nuestro territorio. Dicen los expertos que los productos procesados no llegan a ser ni el 20% de nuestra alimentación cotidiana, y hay amplios sectores en los que es mucho menos. Y por esa minucia debaten tan agriamente una ridícula ley, como si fueran a cambiarnos las costumbres alimentarias.

La salud no depende de lo que contiene un producto, sino de cuánto de ese producto consume una persona. Es como la borrachera: no depende de la botella de cerveza sino de cuántas botellas se beben. Y esa cantidad varía de persona a persona. De hecho el contenido de alcohol de una botella de cerveza es muy bajo comparado con otro tipo de bebidas alcohólicas, pero las mayores borracheras de los peruanos y los mayores accidentes de tránsito se deben a la cerveza, la bebida con menos contenido de alcohol. Y con los productos alimenticios pasa lo mismo: no interesa si es alto o bajo en tal o cual sustancia, sino cómo usa la gente ese producto.

Las personas no somos máquinas hechas en serie para que una norma nos cuide con estándares internacionales. Cada uno tiene un organismo diferente y una historia particular de salud, y cada uno tiene que saber cuidarse en función de su propia realidad personal. Necesitamos información, no advertencias alarmistas.

La Ley 3002, titulada “De promoción de la alimentación saludable para niños, niñas y adolescentes”, abarca tantas buenas intenciones que es imposible cumplirla en el mundo real. Según esta ley, la mayor parte de la publicidad tendría que estar prohibida, como por ejemplo la bebida que te da alas, así como las imágenes de hamburguesas que sobrepasan con demasía a lo que puede llamarse una “porción apropiada”. Está prohibido incluso que la publicidad muestre algún tipo de afecto o sentimiento de los padres que comparten con sus hijos ciertos productos.

Al final esta ley termina siendo simplemente una ley paranoica en contra de la publicidad. Hasta pretende definir lo que es un “mensaje objetivo y claro, que no incentive el consumo”. Es decir, mejor eliminemos la publicidad. Eso es socialismo puro. Toda ley dirigida al control social es una muestra de socialismo criollo, asolapado y barato.

Siempre se escudan en las buenas intenciones. Pero de buenas intenciones está hecho el socialismo, y siempre conduce al desastre, sin ninguna excepción. El eterno cuento de prevenir, proteger, promover, difundir o fortalecer a un sector social, ha servido de pretexto para perpetrar las leyes más atroces e inútiles.

Dante Bobadilla
16 de noviembre del 2017

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