Cuestión de tiempo

El presidente Kuczynski cree que puede ganar tiempo. Entre el terremoto de Arequipa y la visita del papa Francisco, cree que ha ganado la semana. Desde el 21 de diciembre, en que con los votos que le consiguió Kenji Fujimori logró salvarse de la vacancia, hasta el próximo domingo, en que el Papa termina su visita al Perú, habrá pasado un mes en el que, salvo el nombramiento de ministros, el país ha estado paralizado. Pero PPK ha seguido siendo presidente. ¿Por cuánto tiempo podrá seguir en esta actitud?

El verdadero problema es que el presidente le ha mentido al Congreso respecto a sus relaciones con la empresa Odebrecht, y todo indica que lo que hoy conocemos no es todo lo que deberíamos saber. De ser cierto que existe más información que aún no conocemos, pero que en cualquier momento puede hacerse pública, la situación de PPK y su Gobierno será en extremo delicada. ¿Qué hacer en una situación tan compleja?

Lo que hay que evitar es que la economía se detenga. En la pasada CADE se planteaba que no era posible seguir bajo la teoría de cuerdas separadas, y que lo que pase en la política debe afectar a la economía. Hoy no debe existir empresario que repita lo que en pasado noviembre planteaban en su reunión anual. La percepción general es que estamos ante un Gobierno débil, que además no tiene una línea ética que se pueda respetar. Y el tema moral puede complicarse de aparecer nuevas pruebas respecto a los negocios de PPK. Como dice una de las leyes de Murphy: “Cualquier situación, por mala que sea, es susceptible de empeorar”.

Y este no es un problema que deba afectar la democracia. El incidente “vacancia/indulto/nuevos ministros” ha terminado por afectar la solidez de los partidos políticos. Fuerza Popular se vio afectado por la aparición de un grupo alrededor de Kenji Fujimori. Los pepekausas vieron cómo algunos congresistas y ministros se alejaban por el indulto a Alberto Fujimori. Y el Apra lanza graves amenazas al ver que militantes reconocidos terminaron de ministros de Estado, a pesar de los acuerdos partidarios. Pero los partidos resolverán sus problemas, y todo parece indicar que PPK solo los profundizara.

Es cuestión de tiempo. Ese que el presidente Kuczynski pretende ganarles a los peruanos entre las actividades protocolares, los visitantes y el receso parlamentario. Ese tiempo que lo volverá a sorprender dejándolo expuesto. Y ese será el final.