Hugo Neira

Alberto Vergara. ¡Bolivia está mejor!

Alberto Vergara. ¡Bolivia está mejor!
Hugo Neira
25 de enero del 2016

Reflexiones sobre una tesis que compara  Perú y Bolivia

Comentar una tesis universitaria es de urgencia cuando aborda, como en el caso presente, una problemática precisa que interesa a todos. Alberto Vergara acaba de publicar «La danza hostil» (IEP, 2015) que  se subtitula, «Poderes subnacionales y Estado central en Bolivia y Perú». Es muy buena tesis, estudia un asunto decisivo. Desde una clave personal, propone la comprensión de Estado, región y «élites periféricas» de Perú y Bolivia. Ha hallado lo que viene a ser «le fait o hecho total» (Mauss). Ha  dejado de lado, lo dice, nociones como dependencia o clases. Ha preferido «la territorialidad de los activos». Como método la tesis es ejemplar.

¿Han visto que un ADN es una doble hélice? Eso es el libro de Vergara. Élites y poder. Y se limita en el tiempo, de 1952 a 2012. Su idea principal es el «clivaje». Vergara llega a esa hipótesis de trabajo luego de haber agotado la bibliografía que le precede, de eso no cabe duda alguna. La parte teórica va de la página 17 a la 91. Solo entonces, la trayectoria histórica de ambas naciones. Las democratizaciones, de la revolución nacional boliviana (1956-1964). Y en el Perú, del retorno de las elecciones (1956-1968). Luego, estudia los regímenes militares, el de Banzer (1971-1978), el de Velasco, hasta 1975. Lo que sigue es lo que llama la apertura política boliviana, 1994-2004. Y «la clausura» peruana, de 1989-1995. O sea, mejor está Bolivia.

Dispongo de poco espacio para desacuerdos, dudas y coincidencias. No me parece el paralelismo entre Banzer y Velasco. Mi objeción es de sentido común. Alberto, ¿no es cierto acaso que Banzer hace una reforma agraria después de la de Paz Estenssoro? Es decir, ¿después del MNR, del aprismo boliviano? Dos reformas, pues. Consiguieron «deshacerse del ancien régime» (:165). En  Perú no, hasta Velasco. ¿Ese es el hecho que tanto nos duele? En el resto coincido, «proyecto centralista y tecnocrático», «desconfianza de los civiles». Pero no diré mas aquí sobre el velasquismo.

Una duda. No veo en quién se encarne tus «élites periféricas antioligárquicas» en Perú (:288), salvo Hugo Blanco y las tomas de tierras de los 60, no están en las municipales bajo Belaunde. La historia social de nuestro pobre país conservador muestra otra cosa, la alianza «entre gamonalismo regional y régimen centralista» como en 1928 la llama Mariátegui, fue una lápida hasta 1969. Los hacendados eran igual prefectos y senadores. Y necesitaban del Estado para que en cada sublevación pusiese policía y soldados. ¿A qué crees, pues, se refería Arguedas cuando evoca «los fúnebres alzamientos» ?

No hay en Perú una región que aspire a la «autonomía» como Santa Cruz, la «nación camba». Ninguna región es tan rica. En el Perú hay cuatro posibles «naciones cambas», Iquitos, Cajamarca, Huancayo, el Sur andino, por ahora pobretonas, y lo que señalas, carecen de «una élite crucera con fuerza de dimensión nacional». Estamos en un territorio mucho más vasto y quebrado que esa Bolivia entre oriental y occidental. Entonces, ¿cabe la comparación?  

En fin, no dices mucho sobre Evo. Como pasa de líder cocalero a enlazarse con el MAS, la izquierda competente. Algo como juntar Hugo Blanco con la habilidad de Barrantes, ¿en la misma persona ? En el Perú esos años ochenta y noventa, tenía mucho de gamonalista la izquierda, ¿no? En cambio, esos mismos años, la intelectualidad boliviana vinculaba sindicatos, multitudes, indígenas en su marcha hacia el Estado multinacional. Me intrigan. En la página 335, me das una luz, ese 63% de municipalidades con el MAS. Cuando visite Bolivia, lo haré con obras de García Linera, análisis de antropólogos sobre «la etnización de la política», y tu libro en la mochila.

«La sociedad desestructurada peruana no genera plataformas sociales». Por desgracia es cierto. Por lo demás, en el Perú hemos visto muchas marchas, ¿pero alguna «por» la descentralización?! Acaso unos y otros quieran un poco más de Estado asistencialista! Y como señalas, «las élites sureñas se vienen a vivir a Lima».

La danza seguirá. No sé qué bailan collas y cambas en Bolivia. En el Perú valsesitos, huaino, cumbia y según parece con alianzas de última hora, el perreo.  

Por Hugo Neira

 

Hugo Neira
25 de enero del 2016

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