2016: Horizonte sombrío

Sobre los probables escenarios difíciles que afrontará el próximo gobierno

Quien aspire a dirigir el próximo gobierno tiene tarea doble. Además de ganar, deberá gobernar desde el primer día, no habrá tregua ni luna de miel.

El gran tema de la campaña será, sin duda, la seguridad, primera demanda ciudadana que deberá atender con inteligencia y efectividad apenas asuma, dando muestras de tener rumbo y camino trazados.

Se viene gestando lo que parece será una tormenta perfecta. La impericia simplista, absolutamente bisoña en gestión con nulo aprendizaje pese a los cuatro años transcurridos, difícilmente improvisará eficazmente.

El sello de agua del agonizante sacha reinado deberá enfrentar el Fenómeno del Niño que viene proyectando características severas en un año electoral cuando el gobierno saliente se suele paralizar mientras se transforma en piñata. Añadamos conflictividad social activa y descontento latente, manipulados ambos, con mucho oficio, por agentes bolivarianos y/o caciques locales, y el escenario puede tornarse muy complicado.

El aislamiento de pueblos y ciudades por el embate del clima, suele generar desabastecimiento temporal y problemas de salubridad en un Niño severo. Si las lluvias, huaycos, oleajes y sequía llegasen a coincidir con protestas violentas o saqueos y pillaje de las bandas que asolan ya muchos valles agrícolas y distritos periféricos de las grandes ciudades, los recursos estatales de contención podrían resultar insuficientes poniendo en serio entredicho la gobernabilidad y, en algunos lugares, las mismas elecciones.

Como si hiciera falta, la esposa del Presidente viene recibiendo una creciente dosis diaria del veneno cuya receta ella misma parece haber anotado de puño y letra, no muy maduros dibujitos incluidos. Su defensa jurídica parece haber ganado una batalla con un  Habeas Corpus de dudosa solidez jurídica, alternado con destempladas declaraciones y denuncias que lejos de agregar claridad enredan a la pareja en su propia madeja, catapultando el crecimiento de un descrédito político muy preocupante.

Basta mencionar lo difícil que puede resultar explicar coherentemente porque registró meticulosamente un pago mensual de una empresa extranjera si el destinatario mensual era realmente un tercero. Nadie anota en su agenda los pagos o cobros de otros, solo los propios.

El escándalo crece sin que sus probables consecuencias sean asimiladas  totalmente por muchos antiguos y nuevos actores políticos en ejercicio, asistimos a un cambio de paradigma tan rotundo como lo fue la irrupción de los Derechos Humanos. Los ciudadanos, mucho más conscientes de los actos de corrupción, no estamos dispuestos a tolerarlos, por muy tradicionales que estos sean. Así, muchas maneras políticas de antaño, como el oscuro fondeo pre-electoral y la posterior retribución al generoso aportante, mediante medidas legales, obras con fondos públicos o concesiones políticas al neo imperialismo, no son tolerables hoy.

Claro, hubiese sido coherente escuchar de los marxistas locales una airada protesta por la clarísima hipoteca política al imperialismo bolivariano, tan detestable como sería recibir fondos de la CIA, pero eso no va a suceder.

Quien aspire a gobernar debe ser capaz de ofrecer esperanza fundada para sobrepasar este profundo bache no solo devolviendo la seguridad, sino restaurando la moral a un pueblo cada vez más distante de confiar en sus instituciones.

Por Dardo López-Dolz