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La película Hispanoamérica: Canto de vida y esperanza, dirigido por el reconocido cineasta español José Luis López-Linares, que acaba de llegar a los cines peruanos, explora la historia compartida entre España y América Latina. Desde una perspectiva visual, intelectual y emotiva, se presenta como un viaje que invita a revisar las relaciones entre ambos continentes, subrayando los elementos de unión en lugar de las divisiones.
La película, que ya figura entre los documentales más vistos del año en España, es un recorrido por varias naciones de Hispanoamérica, así como Estados Unidos y España, para documentar los elementos que sostienen el vínculo entre estos países. A través de un amplio viaje por Bolivia, Ecuador, México, Perú y otros países López-Linares reivindica más de tres siglos de historia compartida, mostrando las huellas culturales que subsisten a través del arte, la arquitectura y las costumbres.
López-Linares, quien ha trabajado en cine documental junto a cineastas de la talla de Carlos Saura y Víctor Erice, declara que su objetivo en Hispanoamérica… es cerrar las heridas del pasado y cuestionar las interpretaciones simplistas de la historia colonial. En el centro de su narrativa se encuentra el mestizaje cultural y étnico que surgió en América Latina, uno de los más grandes de la historia de la humanidad. A diferencia de otras colonizaciones, como la de América del Norte, los virreinatos españoles promovieron el intercambio y preservación de las sociedades indígenas, lo cual derivó en un cruce cultural que persiste hasta hoy. Esta coexistencia generó un mosaico de costumbres, creencias y lenguas que constituyen la identidad hispanoamericana.
En el Perú, por ejemplo, se destaca el papel de los misioneros en la preservación de las lenguas indígenas. Cuando llegaron los españoles, los Andes peruanos albergaban decenas de idiomas y dialectos, debido a la juventud del Imperio Incaico, que apenas llevaba un siglo en expansión. Ante esta diversidad, la Iglesia española desarrolló una gramática del quechua –incluso antes que las gramáticas del inglés y del alemán– como lengua franca para la evangelización, facilitando un proceso de integración cultural que, lejos de borrar las culturas originarias, buscaba comprenderlas y unificarlas bajo una fe común.
Este proceso se muestra en el documental como una de las características que definen el concepto de “hispanidad”: una mezcla de elementos que buscó construir puentes entre culturas, incorporando elementos locales a una nueva sociedad. Hispanoamérica se propone, así, desmantelar la “Leyenda Negra” que condena la época virreinal como una etapa de violencia sin matices; al tiempo que defiende que las interacciones culturales fueron una constante en la historia colonial.
Una mirada reconciliadora en tiempos de división
El subtítulo del documental, Canto de vida y esperanza, hace referencia a la obra del poeta nicaragüense Rubén Darío, quien exaltó los lazos de la cultura hispana como una forma de resistencia ante las influencias externas. López-Linares retoma esta visión y despliega un impresionante trabajo de dirección de fotografía que destaca la riqueza arquitectónica, pictórica y musical de Hispanoamérica. Desde las iglesias barrocas de México hasta los cuadros coloniales de Ecuador, el documental captura el esplendor de una época cuyo legado sigue presente en el arte y las expresiones culturales de la región.
Los testimonios de más de cincuenta historiadores y expertos también constituyen una parte fundamental del relato. Los entrevistados de ambos lados del Atlántico invitan al espectador a cuestionarse sobre la identidad compartida, recordando que, más allá de las diferencias, los pueblos de habla hispana en América y España están unidos por elementos comunes que continúan formando parte de su identidad. Esta propuesta se aleja del resentimiento histórico y enfatiza que la hispanidad es una expresión cultural heterogénea que abraza la diversidad, así como un proyecto civilizatorio que todavía resuena en la sociedad moderna.
Hispanoamérica… ha generado opiniones diversas y un diálogo activo en la crítica. Algunos señalan que su enfoque positivo sobre la época virreinal podría parecer parcial, ya que no aborda a profundidad las injusticias de la colonización. No obstante, el documental no pretende ser una lección de historia tradicional ni dar respuestas definitivas. Como explica el propio director, su intención es más bien invitar a la reflexión y promover el valor del diálogo, algo que considera necesario en un mundo en constante cambio.
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