Juan Sheput

Una juventud en busca de agenda

La nueva tecnología ingresa al país fundamentalmente a través de la juventud

Una juventud en busca de agenda
Juan Sheput
20 de septiembre del 2024


Ya es común leer en la gran prensa extranjera una creciente preocupación por la jubilación de los llamados
“baby boomers”; es decir, todas aquellas personas que, habiendo nacido en el periodo de posguerra, entre 1950 y 1970, ya están dejando de ser activos laborales y están muy cerca de jubilarse.

Se dice que esta generación está entre las más capacitadas de la historia de la humanidad. Es la generación que, habiendo crecido bajo la sombra de la genialidad de aquellos que en la primera mitad del siglo XX descubrieron los fundamentos de la era nuclear y de la informática, tuvo a bien transformar el mundo de análogico a digital, generando un encadenamiento de cambios a todo nivel y sin parangón. Mientras el mundo tuvo que esperar veinte siglos para tener su primera revolución industrial, un siglo más para la segunda, cincuenta años para la tercera, la actual generación está pasando de la cuarta revolución industrial a la quinta en menos de quince años. Es una generación que aún está muy joven y que aún tiene mucho que dar. Sabiendo eso, ¿qué estamos haciendo por ellos en la actualidad en nuestro país?

El Perú tiene la gran ventaja de tener una población mayoritariamente joven. Más del 60% se encuentra entre los 18 y 35 años. Constituye para algunos lo que los economistas llaman un “bono demográfico”, que bien preparado constituye una gran ventaja competitiva. Sin embargo, qué es lo que pasa si a esta generación no se le brinda una formación de calidad, sobre todo en los niveles técnico y superior. Pues simplemente esa gran ventaja competitiva que es el bono demográfico se desvanecerá y con ella la posibilidad de ser un país a la vanguardia en lo que queda del siglo XXI.

La transferencia tecnológica ingresa a un país, fundamentalmente, a través de la juventud. Para ello se requiere de las capacidades que brinda la educación y un conocimiento mínimo de idiomas. En ambas cosas tenemos falencias, deficiencias, ausencias. Sin ello, careciendo de una juventud preparada, los conocimientos y la tecnología de punta estarán allí, pero no los podremos aprovechar. Pasará lo mismo que pasa con las patentes que abundan en el mundo desarrollado y que los países subdesarrollados no pueden aprovechar. No tienen las capacidades ni el capital humano adecuado para usarlas en provecho de sus respectivos países. Estarán allí, muy cerca, pero no se podrán utilizar.

Mientras la agenda nacional del Perú esté centrada en el pasado o en los recursos naturales, tal y como viene siendo desde hace siglos, no habrá oportunidad de ser desarrollados. Ojalá la campaña electoral aliente a los partidos a abandonar su discusión de tribu y apuesten por los grandes temas que, aunque no lo crean, sí interesan a la juventud.

Juan Sheput
20 de septiembre del 2024

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