Siete canciones de Maná, en perspectiva teológica (III)

 
6) “Manda una señal” – Disco “Amar es combatir” (2006) 

Amor, llamada, libertad 

El disco “Amar es combatir” del 2006, consolidó a la banda en el panorama musical occidental logrando conseguir en una semana discos de oro y platino. El video de la canción, como otros videos del disco, fueron grabados en los EE.UU., lugar donde el público de habla hispana los sigue masivamente al punto que sus mayores ventas fueron conseguidas en dicho país.

 

I

 

Ay, si tuvieras libertad, a tu lado yo estaría, amor

Hey, dame, dame una señal, cuando seas libre mi amor

Ay, no lo puedo soportar, no me quiero derrumbar

Mándame un mensaje, una señal, manda una señal mi amor

Manda una señal, amor

¿Cuál es la libertad a la que hace referencia la letra? Pareciera que se está refiriendo a la libertad de desplazamiento, pero, esa lectura puede descartarse conforme la letra prosigue:

 

Te veo acorralada de unos brazos que no te dejan mover

Te deseo y me deseas, pero estás muy aprisionada, corazón

Y no viviré sin tu amor

Y no pararé hasta tener tu amor y tus besos

 

Aquí se hace referencia a una libertad más profunda: la que se vincula directamente con el deseo. Esto podría entenderse mejor si comprendiésemos previamente que, más que poseer libertad, somos libertad. En efecto, la libertad de desplazamiento, es una manifestación comprendida dentro de lo que llamaré “libertad esencial”, que, en conjunto, comprende la libertad de poseerme para sentirme libre (libertad psicológica), para mejorar mi conducta (libertad moral), para elegir (libertad pragmática) y para vivir como uno quiere sin imposiciones externas (libertad social). Mientras que, la libertad vinculada con el deseo a la que llamaré “libertad trascendental”, posee dos rasgos constitutivos: el rasgo de la “destinación”, es decir, de ser por siempre lo que queramos ser; y, el rasgo de ser una libertad “nativa”, es decir, la libertad de ser “llamados” para ir hacia los otros por amor y al gran Otro. Dicho esto, ahora podemos comprender que es posible crecer en nuestra libertad trascendental, en la medida de nuestro crecimiento a nivel de nuestra libertad esencial, es decir, al ejercer actos/decisiones bueno(a)s, bello(a)s y verdadero(a)s, De allí que, si amamos a alguien, nuestra libertad esencial debería orientarnos a ser una mejor versión de uno mismo, “sin parar”, por el llamado del amor a través de un signo, una señal.

 

II

 

Hey, estoy viviendo sin vivir, estoy muriendo sin poder morir

Hey, dime, dime, tell me too, cuando seas libre mi amor

Ay, no lo puedo soportar, no me quiero derrumbar

Mándame un mensaje, una señal, mándame tu luz amor

Manda una señal, amor

 

Aquí hay un eco de los versos de San Juan de la Cruz. “Morir sin poder morir” implica el ansia por el encuentro definitivo con el(la) amado(a), encuentro que sólo es posible en la libertad perfecta de quiénes aman, es decir, en la libertad de las cadenas del egoísmo, preludio de nuestro encuentro con el Amor: con Dios en el cielo. Más que una muerte corporal, estar muriendo sin poder morir, significa la muerte del “hombre viejo” que debe morir para que emerja el hombre nuevo. Es la transformación interior de mi ser personal para develarme frente al amado mostrándome como quién soy en verdad.

  

7) “Bendita tu luz” – Disco “Amar es combatir” (2006)
 

Bendición, presencia, luz

 Aunque este tema fue pensado originalmente para ser cantado junto a Bono de U2, la participación de Juan Luis Guerra le dio un matiz particular que llevó a este sencillo a ser número uno en el Hot Latin Track de la revista Billboard.

 

I

 

Bendito el lugar, y el motivo de estar ahí

Bendita la coincidencia

Bendito el reloj, que nos puso puntual ahí

Bendita sea tu presencia

 

¿Qué hace bendito un lugar y los motivos para estar ahí? Una bendición es un bien-decir sobre algo o alguien. Implica el reconocimiento de que algo bueno ha sucedido y/o sucede porque, en aquel lugar y por un motivo, hemos sido elevados al vivir la experiencia de ser mejores personas. ¿Y cuál es el bien mayor? Desde una perspectiva cristiana, el bien mayor es Dios, de allí que pedimos la bendición de quiénes tienen el trabajo de oficiar su presencia como el sacerdote que opera in persona Christi. Y es que en el bien no hay coincidencias, sólo “benditas coincidencias” ya que el bien no es posible, si tan sólo dependiese del azar y no por la voluntad del Bien mismo hecho persona que desea: Dios. Por ello también el reloj también puede ser bendito, porque en su puntualidad se plasma el ansia por el(la) amado(a) tal y como se lo mostró el zorro al Principito. Porque sólo en el tiempo se puede materializar la presencia del Amor.

 

II

 

Bendito Dios por encontrarnos, en el camino

Y de quitarme esta soledad, de mi destino

Bendita la luz, bendita la luz de tu mirada

Bendita la luz, bendita la luz de tu mirada

Desde el alma

 

El encuentro con la persona amada es una bendición, una “bendita coincidencia”. Por el amor el destino no es irreversible sino una suma de oportunidades. Por ello, la soledad nunca tendrá la última palabra. En ese sentido, el destino, por el amor, pasa a ser luminoso, luz que parte de la mirada del(la) amado(a), que hace posible el develamiento de su ser personal, el quién es y el quién soy desde su radical novedad en el universo. En efecto, bendita la luz de tu mirada, que me permite ver cuán único es tu amor por cuan único eres.