Guillermo De Vivanco

Robin Hood

El símbolo de que la necesidad, y no el logro, es la fuente de todo derecho

Robin Hood
Guillermo De Vivanco
14 de septiembre del 2021


“Se le recuerda no como un campeón de la propiedad, sino como un campeón de la necesidad; no como defensor de los robados, sino como el amparo de los pobres. Se cree que fue el primer hombre que asumió un halo de virtud, practicando la caridad con la riqueza de la que no era dueño, regalando bienes que él no había producido y haciendo pagar a otros el lujo de su piedad”. “Es el símbolo de la idea que la necesidad, y no el logro, es la fuente de todo derecho; de que no tenemos que producir, sino solo necesitar”. 

Leer a Ayn Rand, la más objetiva y lúcida defensora del capitalismo, es descubrir el origen de la libertad y de los derechos individuales. 

He sido testigo durante cinco décadas de lo que Matos Mar llamó “desborde popular”, la inmensa migración volcada a la capital. Llegué a Gamarra cuando se construía la primera galería, por lo que puedo dar fe de la capacidad de adaptación de los empresarios ante las distintas políticas y gobiernos de turno. No somos de izquierda ni de derecha, creo que lo que mejor nos define es nuestra enorme determinación de progresar, de vencer la pobreza. ¿Derecha popular? ¿Capitalismo popular? Yo diría pragmatismo, trabajo, esfuerzo y un muy desarrollado instinto de racionalidad económica. 

Nos describe mejor que nadie Ayn Rand en su obra cumbre La rebelión de Atlas: “El símbolo de todas las relaciones entre esos hombres, el símbolo moral de respeto por los seres humanos, es el comerciante. Nosotros –los que vivimos según valores, no saqueos– somos comerciantes, tanto en lo material como en lo espiritual. Un comerciante es alguien que gana lo que obtiene y no da ni toma lo inmerecido. Un comerciante no pretende que se le pague por sus fracasos, ni que se le ame por sus defectos. Un comerciante no despilfarra su cuerpo como si fuera forraje, ni su alma como si fuera limosna. Así como no entrega su trabajo, excepto a cambio de valores materiales, tampoco entrega los valores de su espíritu –su amor, su amistad, su estima– como no sea en pago por virtudes humanas”. 

Cuando murió Abimael Guzman acaparó inmediatamente la atención de la prensa peruana y mundial. Las imágenes de los atentados senderistas, transmitidas por televisión, han dado la oportunidad para que los jóvenes se enteren de quién fue el criminal más cruel y cobarde de la historia del Perú. Sus espeluznantes crímenes, sin embargo, vienen acompañados de una retórica que no se diferencia en absoluto de la retórica totalitaria de Perú Libre. Es la misma. ¿Será esa la razón por la que se quedaron mudos Castillo y sus ministros?

El objetivo de Sendero Luminoso fue tomar el poder por las armas; pero vencidos en el campo de batalla, decidieron lograr ese objetivo usando la democracia para luego destruirla desde adentro. Instaurar el régimen totalitario implica la convocatoria a una Asamblea Constituyente que los perpetuaría en el poder, ese es el punto de quiebre. La Asamblea Constituyente es la batalla final contra esta agrupación criminal; mientras tanto su alucinado propósito destruye la economía familiar.

Guillermo De Vivanco
14 de septiembre del 2021

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