Carlos Arnillas Denegri

¿Quiénes son los caviares?

Reflexiones sobre un sector político

¿Quiénes son los caviares?
Carlos Arnillas Denegri
02 de noviembre del 2017

Durante los últimos treinta años surgió en el Perú, junto a la izquierda tradicional, una corriente de pensamiento progresista de las canteras de la Pontificia Universidad Católica del Perú, compuesta mayoritariamente por profesionales y académicos de clase media alta y de la oligarquía quebrada luego de las expropiaciones del régimen dictatorial del General Juan Velasco Alvarado.

Se inició enarbolando las banderas de los derechos humanos -en la época del terrorismo- con un claro sesgo de benevolencia hacia los movimientos subversivos, sobre todo con el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru - MRTA, que inicialmente fueron considerados “luchadores sociales” en la Europa de los 90s. Satanizaron a las fuerzas del orden y a los gobiernos que combatieron a Sendero Luminoso y al MRTA, presionando a la justicia para que castigara a los militares que se enfrentaban a los  sediciosos.

Esta izquierda pituca se enquistó inicialmente en las Organizaciones No Gubernamentales – ONG’s que funcionaban en el Perú con fondos provenientes de países europeos que, erradamente, creían que en el Perú se libraba una guerra en favor de los pobres. Así surgieron DESCO, Proética, IDL, La Comisión Andina de Juristas, el Movimiento Manuela Ramos, la Comisión Nacional de Defensa de los Derechos Humanos y otros organismos de fachada, creados y manejados hábilmente por Diego García Sayán y una veintena de intelectuales que se repartieron los cargos, en los que aún se mantienen inamovibles.

Son justamente este grupo de intelectuales, a los que se les bautizó como la “izquierda caviar”, simbolizando irónicamente a un grupo, que en nombre de la justicia social, se va encaramando en puestos claves de la administración pública, defendiendo fieramente los cargos que ostentan.

Se trata de los niños bien, que se portan mal. Son sectarios, se creen dueños de la verdad absoluta, ya que el resto son brutos. Son miembros de una izquierda, que no necesariamente está comprometida con lo que predican. Su poder ha llegado, incluso, a los medios de comunicación masiva, desde donde actualmente digitan sus odios y simpatías.

Es importante resaltar que la izquierda caviar no es patrimonio nacional, ya que existe en otros países. Apareciendo por primera vez en Francia, bajo el nombre de “gauché caviar”. En Suiza son conocidos como los “Toscana Zosi”; en Inglaterra como los “Champagne socialist” y en Estados Unidos, Tom Wolf los bautizó como “Radical Chic.” Ellos actúan coordinadamente, para presionar a los gobiernos de turno, para que se sometan a sus caprichos e intereses de grupo, promoviendo corrientes internacionales como la “Ideología de Género”.

Son especialistas en organizar y digitar marchas y protestas callejeras, en lavar banderas y otras actividades bulliciosas, que al politizarse envilecen el acceso a la justicia. Durante los últimos tiempos vienen librando una ardua lucha contra el indulto a Alberto Fujimori. Así mismo para que se condene, por delito de lesa humanidad, a los 35 marinos sentenciados en el 1986 por el caso “El Frontón”.

Insólitamente el Tribunal Constitucional, recientemente ha reabierto el caso bajo la figura de “lesa humanidad”, consagrada recién en el Derecho Internacional en el 2002; es decir, pretenden aplicar dicho dispositivo después de 16 años de la condena a los marinos, con una retroactividad insólita. Algo similar fue lo realizado por el Vocal Supremo, César San Martín, al sentenciar a Alberto Fujimori. Sin embargo, ningún tribunal peruano, ni la Comisión Internacional de Derechos Humanos, ha reclamado algo para que también se aplique esa figura a los terroristas, que tanto daño han hecho al país, y que uno a uno vienen saliendo de las cárceles, para seguir promoviendo su nefasta ideología.

Cabe resaltar que fue en los gobiernos de Valentín Paniagua, Alejandro Toledo y Ollanta Humala, donde alcanzaron su máximo esplendor, extendiendo sus tentáculos, particularmente en el Poder Judicial, el Ministerio Público, la Procuraduría General de la República, y el Tribunal Constitucional, no dudando que también estén encaramados en el actual régimen, que lamentablemente mantiene al grueso de la administración pública Humalista.

Carlos Arnillas Denegri
02 de noviembre del 2017

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