¿Quiénes son los beneficiarios finales de la corrupción?

El impacto destructivo derivado de las declaraciones en torno al escándalo Lava Jato está mellando severamente la credibilidad de prácticamente todo el espectro político e institucional. La dimensión de la onda expansiva obliga (más allá de las evidentes torpezas de algunos y malas artes de otros) a cuestionarse respecto a la causa última (en sentido aristotélico) del fenómeno.

Si alguien hubiera querido allanar el camino para una ofensiva mesiánica totalitaria encubierta, con disfraz moralizador, difícilmente habría logrado un escenario más propicio. Tanto así que resulta una obligación intelectual para todo analista cuestionarse seriamente acerca de la real intención detrás de esa non santa inquisición mediático-fiscal con parche en ojo zurdo. Solo el suicidio de AGP obligó a replantear prioridades e intensidades en el accionar del Ministerio Público, el Poder Judicial y esa fuerza de tarea policial ad hoc, todos con irregular y calculada actuación política.

Pese a la larga y extendida actividad del espionaje ruso, desde sus raíces en los sesenta, acompañada de la permanente intromisión del castrismo cubano y las ya tres décadas de presencia creciente de los servicios de inteligencia iraníes, el Perú siempre había sido una plaza más difícil que Venezuela o Bolivia (países que ya controlan). Quien quiera hacerse del control del país tiene que darse cuenta de la necesidad de dejar vacíos los espacios de poder que, aunque con mutaciones y caras nuevas, ha venido ejerciendo ese discreto poder cortesano, tan extraño al extranjero, ese que se resistía sin presentar batalla. Siguiendo esa lógica, los siguientes en la línea de tiro serían los empresarios, luego los académicos y redactores discrepantes, luego…

Es verdad que nuestra patria tiene características únicas, pero pretender que estamos fuera de la evidente ofensiva asimétrica de las potencias mencionadas en la región, sobrepasa las barreras del orgullo y se instala en la obsecuencia pueril. Follow the money (sigue la linea que deja el dinero). Sería interesante preparar un cuadro de la proporcionalidad entre el volumen de todas las coimas pagadas y todas las utilidades obtenidas por dichos pagos; sería interesante conocer con cuáles organizaciones compartieron ese dinero los canales financieros. Sería necesario (e inteligente) pensar un poco más allá del producto semidigerido que nos endilga la prensa diariamente.