Nancy Arellano

¿Qué es el Estado hoy?

¿Qué es el Estado hoy?
Nancy Arellano
22 de febrero del 2017

El Estado es la mayor noción que la modernidad trajo consigo. Si bien hoy hablamos de la revolución industrial, de la tecnología o de las redes y su impacto, no ha habido un fenómeno más decisivo en el curso del orden social como la creación del Estado moderno y su evolución hacia el Estado constitucional democrático. Pero este Estado que tanto ha traído a un orden basado en el diálogo y la perfectibilidad del sistema democrático, parece hoy mudo. ¿Qué es el Estado hoy día?

Los retos que impone el rezago cultural, económico y productivo de las sociedades mal llamadas en vías de desarrollo, deben ser leídos por las clases dirigentes y las clases incidentes en el Estado, de la misma forma que las clases trasnacionales que se erigen a lo largo y ancho del orbe deben comprender que, más allá de la ampliación de los mercados, subyace el peligro del agotamiento del modelo actual, ése de hilos visibles e invisibles que habían logrado, hasta hace no mucho, pactar en pro de la movilidad social y de la riqueza de los pocos, sí, pero con incidencia en los muchos. Con una noción tácita del "deber ser". El arte de dominar esos factores en blanco, en negro y en una infinidad de grises define la gobernanza y hablaba de un Estado democrático constitucional.

El modelo expansionista de las corporaciones, las economías de escala, el libre mercado y la innovación mostraron ser la receta que desde los noventa hasta casi el primer cuarto del s.XXI podía realmente funcionar. Debilitaba el modelo de estado-nación como lo conocíamos, pero pre-configuraba un estimulante orden mundial de voces diversas. Pasar el modelo unipolar imperialista, al bipolar de confrontación  y de ahí al multipolar de consensos y diálogo es una aspiración de las relaciones internacionales del s. XX y parecía estarse concretando el el s.XXI. Hasta que los Estados, en pro de una élite gobiernera y antipolítica, de una empresarial poco comprometida, con brazos por doquier, pactaron subrepticiamente cosechar del modelo ininterrumpidamente. Con ello se hizo necesaria la anulación de la renovación político-partidista.  Eso sí, han dejado sobre la mesa las excepciones que mantienen vivo el modelo, pero han corroído las bases del sistema a tal punto que muchos ingenuos creen que se trata no de la explosión arbitraria, sino de la implosión natural de éste: de su agotamiento. Craso error.

Hoy, el Estado enmudece, porque hay un secuestro interesado. Los raptores pretenden jugar a incriminar a "los culpables" (lo son, pero no son todos los que deberían ser) para posicionar rostros manipulables que ondeen banderas de cambio. Esto para continuar, más allá de los grises, en la sombra efectiva, el juego de la democracia aparente y del usufructo sin sostenibilidad de las arcas públicas.  Lo de Odebrecht es solo un ejemplo, claro de lo que estamos enfrentando.

¿Qué es el Estado hoy día? Sin partidos políticos eficientes, muldimensionales, orgánicos y un sistema electoral que garantice la renovación política; sin indicadores de gestión de gobierno, sin transparencia en el diseño, implementación y control de políticas públicas, sin meritocracia estructural y legitimidad de ejercicio o gobernanza multinivel, sin prensa crítica (no escandalera), sin control ciudadano... el Estado es un fantasma que recorre Latinoamérica. Por no decir el mundo.

Por @nancyarellano
Nancy Arellano
22 de febrero del 2017

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