No esperes cambios si siguen los mismos

El Ministerio de Economía y Finanzas es, sin ninguna duda, el más importante en la estructura funcional del Estado. Tanto de su titular como de sus medidas depende, en buena cuenta, la confianza y proyecciones que se despierten en nuestro país. Es una cartera sensible pues hasta las declaraciones del ministro generan corrientes de opinión y pueden construir o destruir confianza, insumo fundamental para el desarrollo económico de un país.

Ayer, antes del mediodía, se propagó una noticia respecto a la renuncia del ministro de Economía, Alex Contreras, como consecuencia de una reunión que la presidenta Boluarte tuvo con dos exministros, Luis Carranza y José Arista. Las noticias, tanto de la renuncia como la de la reunión, no estaban en condicional razón por la cual se convirtió en el eje de la agenda del día. Una noticia de ese tipo, si hubiera sido falsa, habría generado la inmediata corrección por parte del vocero del gobierno, Alberto Otárola. Pero no fue así. En ningún momento fue desmentida, generando aún mayor incertidumbre en el país, pues se daba por hecho el alejamiento del ministro Alex Contreras.

Pero no fue así. Al finalizar la tarde, luego de horas de desconcierto, el ministro fue a Palacio y, al salir, señaló que nunca había renunciado. Alex Contreras negaba lo que no pudo negar a lo largo del día. Es difícil creerle. Sin embargo lo que se desprende, y se puede concluir, es el bajísimo nivel político del gobierno y su completa incapacidad para gestionar los graves problemas del país. Si estamos en crisis, ya lo sabemos, no es por la economía, es por la incapacidad política del gobierno de Dina Boluarte. Si así se comportan con el ministerio que se supone debe transmitir mayor estabilidad, imaginen ustedes cómo será con el resto.

La presidenta Boluarte pretende quedarse hasta el 2026, ejercicio difícil si es que sigue así. Su incapacidad para reconocer que debe hacer un cambio radical en el gabinete (designar otro presidente del Consejo de Ministros) está llevando al país al despeñadero. Todos los indicadores son negativos o mediocres, y ella se empeña en mantener un elenco que simplemente no despierta confianza, no genera credibilidad y es el responsable de la permanencia de la crisis.

Esa irresponsabilidad está permitiendo que se enseñoree la delincuencia organizada, la informalidad laboral y política, y que el narcotráfico, la tala y la minería ilegal tengan territorios liberados; en fin, la antesala de un Estado fallido. El costo de mantener a Dina Boluarte hasta el 2026 va a ser muy alto. Esa será también responsabilidad de quienes en estos días defienden ingenuamente su permanencia.