Mentiras desestabilizadoras

En medio de la falsedad que contamina el panorama social y político del país, es importante señalar cómo esta suele encarnarse en personajes nefastos y cínicos. Estos individuos generan sufrimiento entre sus víctimas o provocan malestar cuando quedan expuestos en la red de sus engaños. Peor aún, al verse descubiertos, reaccionan con ira o se hacen pasar por víctimas. Fiódor Dostoievski lo dijo con lucidez: “El hombre que se miente a sí mismo y escucha su propia mentira llega a un punto en que no puede distinguir la verdad dentro de él, y por tanto pierde todo respeto por sí mismo y por los demás”.

Trasladar esta reflexión al plano social —donde las acciones individuales afectan a toda la comunidad— nos permite comprender no solo la magnitud de la mentira, sino también la urgencia de reaccionar con firmeza para corregir el daño.

Justo cuando parecía haber una tregua, tras el cambio de premier y en medio del intento por dejar atrás escándalos vinculados a la presidencia, surge un nuevo foco de tensión. En una reciente reunión de la Mesa Municipal Macro Centro en Huancayo, el ministro Eduardo Arana declaró que el gobierno aún enfrenta tareas pendientes y que los cuestionamientos constantes afectan la gobernabilidad y la estabilidad democrática tanto a nivel central como local. Añadió que las denuncias constitucionales contra la presidenta, así como las mociones de interpelación y vacancia contra ministros, representan un obstáculo para el sistema democrático. Sin embargo, estas declaraciones, en lugar de calmar, reabren heridas causadas precisamente por las mentiras y maniobras encubridoras que involucran directamente a la mandataria.

Cicerón lo expresó de forma clara: “Como nada es más hermoso que conocer la verdad, nada es más vergonzoso que aprobar la mentira y tomarla por verdad”. En ese sentido, y en cumplimiento de sus funciones, la Fiscalía ha presentado cinco denuncias constitucionales contra la presidenta por presuntos delitos que incluyen enriquecimiento ilícito, colusión, encubrimiento y abandono de cargo. Estas denuncias abarcan:

• Heridos durante las protestas de 2022 y 2023
  
• Irregularidades en el programa Qali Warma durante su gestión como ministra del Midis
  
• El caso Rolex por presunto enriquecimiento ilícito
  
• Encubrimiento personal vinculado a Vladimir Cerrón y el caso Cofre
  
• Cirugías estéticas realizadas en pleno ejercicio de funciones, que implican posible abandono de cargo
  

Ante este contexto, resultan poco convincentes comunicados como: “El despacho presidencial rechaza categóricamente, en todos sus extremos, la difusión de versiones especulativas basadas en falsedades…” o “Reafirmamos nuestro compromiso con la transparencia, el respeto institucional y el derecho de la ciudadanía a una información veraz…”, cuando las explicaciones siguen siendo opacas y los medios de comunicación no tienen acceso directo al Ejecutivo desde hace casi tres meses.

El gobierno debe asumir que su inestabilidad no proviene de factores externos, sino de las mentiras no aclaradas que arrastra, y del deterioro en la confianza ciudadana, como reflejan las encuestas. El expresidente mexicano Lázaro Cárdenas del Río lo advirtió con claridad: “El gobernante que pretende encausar a su país hacia la democracia tiene que empezar por ser un verdadero demócrata, y demostrarlo, tolerando la oposición, por más cruda que esta sea”.

En términos de estabilidad, lo que realmente importa a los ciudadanos es que el Estado garantice servicios básicos de calidad y oportunos; que gestione con transparencia y use los recursos públicos de manera eficiente; que brinde seguridad ante la creciente ola de criminalidad; y que asegure elecciones limpias y confiables. Y, sobre todo, que comience a gobernar con la verdad.