Marco y Hillary

¿Qué candidatos se perfilan para la próxima elección presidencial en EEUU?

Faltan 17 meses para las elecciones presidenciales americanas y el Senador republicano por Florida Marco Rubio se perfila como un peligroso obstáculo para las ambiciones presidenciales de Hillary Clinton.

Sobre la nominación republicana, nada está dicho aún. El proceso terminará el próximo año y, además de Rubio, hay varios candidatos de peso como Scott Walker, Gobernador de Wisconsin, y Jeb Bush, ex Gobernador de Florida; por citar sólo a los más importantes.

Del lado demócrata, Clinton no tendría rivales serios para la nominación, una situación inédita en la historia americana. Las elecciones primarias son arduamente disputadas, en ocasiones el resultado se define recién en la convención.

La estrategia de la Clinton es presentar su candidatura como inevitable, forzando a que el partido se alinee detrás de ella. Asegurada la nominación, invocaría el recuerdo de paz, prosperidad y moderación política que dejó su esposo, sumándolo al hito histórico de elegirla como la primera presidente mujer de su país.

Pero esta estrategia entraña riesgos y debilidades.

La primera es su supuesta “inevitabilidad”, que los detractores de doña Hillary explotan llamándola, despectivamente, coronación. En las elecciones se eligen candidatos y no se unge herederos, exclaman.

Una segunda debilidad es la Fundación Clinton, sus cuestionables donantes y los millonarios pagos por discursos u otros conceptos a los Clinton (Bill, Hillary y Chelsea incluida, a quien NBC pagó US$ 500,000 por una simbólica participación en un programa televisivo). Además, una persistente serie de pequeños escándalos refuerzan la imagen de los Clinton como obsesionados por el dinero y regidos por reglas distintas que los demás mortales.

Una tercera debilidad es el desplazamiento de su partido a la izquierda, presionándola a tomar distancia de las políticas de su marido. Este desplazamiento incluye la precandidatura del Senador socialista por Vermont Bernie Saunders que esta ganando adeptos y podría transformar la aburrida primaria demócrata en algo más interesante.

Estos ruidos de izquierdismo pueden asustar a los independientes y, la creciente presión de su flanco izquierdo, obligan a la Clinton a contemporizar. Sus rivales republicanos aprovechan la situación para reforzar el estereotipo de ella como una mujer sin convicciones que dirá cualquier cosa para salir electa.

Con sus 67 años a cuestas, la Clinton tampoco proyecta energía o renovación. El Senador Rubio, por el contrario, rebosa carisma y energía. Tiene 43 años y simboliza el sueño americano: Hijo de inmigrantes pobres (llegados a Florida antes del triunfo de Fidel Castro) que trabajaban como empleados de limpieza y en bares de hoteles; ofrece un contraste entre alguien que surge de la pobreza y los Clinton que gozarían de un patrimonio de más de US$ 50 millones.

Hillary no podría acusar a Rubio de ser el candidato de los ricos y los republicanos se lo recordarían todos los días de la campaña, aunque ella hable diariamente sobre la desigualdad.

La gran debilidad de Rubio sería su relativa inexperiencia. Irónicamente, una de las principales críticas de los republicanos a la candidatura de Obama en el 2008.

A estas alturas, las encuestas dan ventaja a la Clinton, pero falta mucho pan por rebanar. Milita a su favor la lenta pero constante recuperación económica. En contra, además de los factores ya señalados, la estadística: En los últimos cien años, excepto el período 1932-1952 marcado por las excepcionales circunstancias de la gran depresión, la Segunda Guerra Mundial y el inicio de la Guerra Fría, sólo en dos ocasiones (1920-1932 y 1980-1992) un mismo partido (el republicano) logró ganar tres elecciones presidenciales seguidas.”

Faltan 17 meses para las elecciones, casi una eternidad.

Por Víctor Andrés Belaúnde Gutiérrez

23 – Jun – 2015