Los cinco riesgos sociales, políticos e ideológicos

Estimado lector, aquí hay cinco posibles riesgos sociales, políticos e ideológicos para este 2025, y cuyos impactos podrían llegar hasta el 2026 con mucha fuerza.

El primero es una posible vacancia o suspensión de la presidente Dina Boluarte por parte de una mayoría en el Congreso. A pesar de que Boluarte solo tenga un dígito de aprobación, no se le debería suspender o vacar del cargo. Hoy en el Congreso no existe fuerza suficiente para un acuerdo entre varios partidos que permita vacar o suspender a Boluarte. Asimismo, dejar vacío un espacio de poder como es la presidencia de la República no es ninguna broma. Para una vacancia o suspensión se necesitan acuerdos en el Congreso para elegir al presidente interino (que no sería Salhuana) y al próximo presidente del Congreso. Por el momento, ese bloque no existe.

Reactivación de los conflictos sociales. Si bien en el país existen todavía conflictos, sobre todo en torno de la minería moderna y los proyectos extractivos, es altamente probable que se reinicien algunos conflictos alrededor de proyectos u operaciones de cobre y oro. La presión de la demanda del mercado por más cobre hará que se intenten desarrollar más proyectos del mineral rojo, y con ello habrá mayores posibilidades de conflictos sociales. 

Organización de un movimiento anti establishment de izquierda rumbo a las presidenciales del 2026. Aunque las conversaciones entre diversas organizaciones políticas de izquierda avanzan lentamente, es altamente probable que se organicen dos bloques de izquierda: una moderada y otra extrema. Si bien el antaurismo no estará presente de manera directa, es obvio que tendrá mucha influencia; como también la tendrá el denominado “castillismo”, que busca recuperarse. No obstante, el desafío está en cómo consolidar un movimiento zurdo con diversas “almas”, a veces tan disímiles.

Aumento de la minería ilegal. Ante el fracaso de la política anticriminal en minería y la imposibilidad de una nueva ley para la mediana minería artesanal y pequeña minería, y ante el aumento del precio del oro, es altamente probable un nuevo aumento de la ola criminal. En el 2025 y el 2026 no habrá ley Mape, y entiendo que tampoco en el 2027. 

La inseguridad ciudadana crecerá aún más. A pesar de las capturas de bandas y líderes criminales de los últimos días, la inseguridad ciudadana crecerá porque no hay una estrategia integral para hacerle frente a esta lacra. Asimismo, el gobierno no parece tener la fuerza necesaria para imponerse. 

Estos son cinco de varios riesgos, estimado lector. Pido además alejarnos por un momento de la visión a corto plazo, de aquello que también se denomina la “dictadura de la coyuntura”, de lo accidental y que miremos un poco la onda larga “braudeliana” (viene de Ferdinand Braudel y su teoría sobre los “tiempos sociales”).