Antero Flores-Araoz
Inmenso club
El de los candidatos a la Presidencia de nuestro país
Si es que el estimado lector cree que nos vamos a referir a las inconmensurables y diversas instalaciones deportivas y sociales del Club Regatas de Chorrillos, pues está en un error. Tampoco habíamos pensado en el Club Universitario de Deportes ni en el Alianza Lima, que cuentan con importantes establecimientos futbolísticos y gozan de una hinchada impresionante.
Levantando el telón de la curiosidad de quienes nos leen, les diremos que esta breve columna es para destacar la existencia de un nuevo club, aunque todavía no se ha formalizado, constituido por el cada vez más creciente número de aspirantes a candidatos presidenciales de nuestro país.
Cada vez que miramos la televisión, que entramos a las redes sociales, que escuchamos la radio o leemos algún periódico, nos topamos con algún nuevo pretendiente a alcanzar la primera magistratura del país. No importa si es que no tiene posibilidad alguna en el cometido, tampoco es relevante si no alcanza el deseado cargo, se contentan con recibir el apelativo de “excandidato a la Presidencia” como si ello fuese una gran distinción.
Es probable que el cada vez más poblado club de postulantes se deba a observar lo sucedido en los últimos tiempos, en que han llegado a las planchas presidenciales personas sin valor, carentes de ética y de conocimientos, solo para llenar una absurda cuota de género o darle colorido andino a tales fórmulas presidenciales.
El festival de supuestos “presidenciales” está en notorio ascenso y, ojo no decimos notable, lo cual pudiere tener como causalidad, el simplemente recordar que, por un exceso de supuesta democracia, cualquier improvisado pueda llegar al poder y ser el conductor de nuestro país, así carezca de las mínimas condiciones necesarias para ello.
El ejemplo más palpable es el del profesor primario rural Pedro Castillo, que, con tesis de estudios supuestamente superiores, sospechosa de tener autoría diferente a la suya, llegó a alcanzar la Presidencia del Perú en el año 2021. Un simple “cabezón” que llenó un gran sombrero de cabellos pero no de neuronas, y que en algo más de un año hizo trizas a nuestra patria, habiendo hecho del presupuesto nacional, número premiado de la Tinka o del Torito, para sus poco ilustrados seguidores.
A los miembros del nuevo club de pretendientes a la Presidencia del país, hay que recordarles que tienen que tener preparación, conocimiento del Estado, ser gestores de desarrollo, tener impoluta hoja de vida, ser personas de altas calidades éticas, amor al Perú y contar con equipos de colaboradores que puedan apoyarlo en los grandes retos que significa dirigir al Perú.
No estamos en una situación de bonanza, tenemos que reconstruir la miseria dejada por Castillo y, entender que la participación en política es una escalera con muchos peldaños que se deben ir escalando. No es salto de garrocha, ni lo sueñen.
En el festival de postulaciones, hay de todas las tendencias, lo que demuestra que la llamada DBA, no es exclusividad del grupo diestro, sino también del centro y del “siniestro”, en que hay también “brutos y achorados”.
Por favor: ¡ubíquense!
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