Estados Unidos, China y el control de puertos

La compra de los puertos de Balboa y Cristóbal por parte de BlackRock parece alinearse con las estrategias de Donald Trump quien insiste en recuperar el Canal de Panamá por intereses geopolíticos y económicos. Esta adquisición, valorada en 22.800 millones de dólares, incluye el 80% de la división portuaria de CK Hutchison Holdings, con 53 puertos en el mundo. La operación responde a intereses estratégicos de Estados Unidos en la competencia global contra China en infraestructura clave.

BlackRock, la más grande gestora de activos del mundo, administra más de 10 billones de dólares en inversiones. Aunque es una entidad privada, su influencia en los mercados financieros está alineada con intereses estratégicos de Estados Unidos. La adquisición de CK Hutchison Holdings, conglomerado multinacional con sede en Hong Kong, incluye la división Hutchison Ports que opera 53 puertos en 24 países, destacándose Felixstowe (Reino Unido), Róterdam (Países Bajos), Ensenada y Lázaro Cárdenas (México), Buenos Aires (Argentina), y Balboa y Cristóbal en Panamá desde 1997. La compra de BlackRock de esta división portuaria aumenta la presencia global norteamericana en este sector.

Informes de Lloyd’s List de diciembre de 2023, ubican a tres empresas chinas se entre las seis principales operadoras de puertos según el movimiento anual de contenedores TEU (Twenty-foot Equivalent Unit):

China COSCO Shipping Corporation posee y opera terminales en 37 puertos, manejando 65 millones de TEU anuales, bajo el control directo del Partido Comunista Chino, clave para su influencia y expansión con la Iniciativa de la Franja y la Ruta.

China Merchants Port Holdings (CMPort) administra 42 puertos en 18 países con 51 millones de TEU anuales, filial de China Merchants Group estatal china con respaldo gubernamental.

Hutchison Ports (CK Hutchison), manejaba 45 millones de TEU anuales en 53 puertos, técnicamente una empresa privada con sede en Hong Kong, pero controlada por el gobierno chino con intereses estratégicos para Beijing.

En conjunto, estas empresas chinas administraban el 38% del comercio marítimo global, parte de la estrategia de China de la red del "Collar de Perlas", asegurando accesos clave.

Donald Trump presiona a aliados y opositores con su política transaccional en busca de condiciones favorables para Estados Unidos, expresando su intención de recuperar el Canal de Panamá, ello genera tensiones incluso con gobiernos tradicionalmente cercanos a Washington, pero la compra de BlackRock se enmarca en la disputa geopolítica para debilitar la presencia china en América Latina.

El 10% adicional de aranceles aplicado sobre productos chinos, ha provocado la respuesta del Ministerio de Relaciones Exteriores: "Si Estados Unidos desea una guerra arancelaria, comercial o de cualquier otro tipo, China está lista para luchar hasta el final". Ello evidencia el incremento en las tensiones que el estilo y políticas de Trump generan entre Washington y Beijing.

Las adquisiciones de BlackRock en puertos panameños podrían tener implicaciones económicas y comerciales para la región, con Estados Unidos fortaleciendo el control sobre rutas marítimas regionales y posibles inversiones en América Latina; dinámica que afectaría las inversiones chinas en puertos como Chancay, con Washington presionando flujos comerciales, restricciones arancelarias e incertidumbre en los mercados globales frente a tensiones entre Estados Unidos y China.

La compra de CK Hutchison por parte de BlackRock es una jugada estratégica en el tablero geopolítico global. Estados Unidos intenta recuperar el control de infraestructura clave en América Latina, pero China está decidida a defender su expansión. La competencia por dominar puertos internacionales es clave en la dinámica del poder entre las principales potencias globales.