Alan Salinas

El sueño chino y el mandato de Xi Jinping

Aspira a ser una sociedad “modestamente acomodada”

El sueño chino y el mandato de Xi Jinping
Alan Salinas
03 de diciembre del 2019


A finales del año 2016, cuando estuve en China, tuve una conversación con una traductora del español al chino que (después de varias preguntas sobre sociedad, política y cultura china) me dijo lo siguiente: “Mao, en 1949, fue el impulsor de la nueva China; pero Deng Xiaoping, en 1979, nos enriqueció”. Esa reflexión sintetiza los momentos que definieron a este país-continente hasta antes de la llegada de Xi Jinping al poder, en el año 2013. 

Desde el 2013, Xi estableció que este país-continente debía avanzar hacia la consolidación de su posicionamiento en el mundo hasta el 2030 (mediante planes quinquenales y de largo plazo), a través de su apertura económica y comercial al mundo y de la cooperación (y no del conflicto), como Estado Unidos lo ha hecho a través de la historia. A esta estrategia Xi Jinping la ha denominado “el sueño chino”. 

Para el cumplimiento de este objetivo, Xi –en su conferencia de agosto del año 2013– sostiene que “[para el logro del sueño chino] no se debe prestar atención a conceptuarlo o solidificarlo para no vulgarizarlo y llevarlo a ser demasiado ambicioso”. Para ese tiempo, el líder chino dejó la idea de la aspiración del gobierno. 

Ya pasados cinco años, con el cambio constitucional para la reelección del líder chino hasta el 2022 (y tras la elección, el año 2016, de Donald Trump en Estados, bajo el discurso del proteccionismo), Xi Jinping aspira a que China tenga un sitial histórico en el mundo. El sujeto colectivo –que es el pueblo chino– debe llegar a ser una “sociedad modestamente acomodada” (o en términos occidentales, sociedad de clases medias), superando todos los niveles de reducción de la pobreza. Debe llegar, también, a ser una sociedad “armoniosa y bella” (según términos utilizados por Lawrence Kuhn, asesor extranjero del gobierno chino), así como una sociedad civilizada (que implica valores morales, justicia e igualdad).

Tengamos en cuenta todos estos elementos que configuran el sueño chino, que comparado con el sueño americano (que implica el individuo) puede llegar –a través del tiempo– a un nuevo reordenamiento de la geopolítica mundial. El camino hacia ese horizonte recién empieza. Veamos realistamente si el mundo avanzará hacia ese reordenamiento político y cultural con características chinas.

Alan Salinas
03 de diciembre del 2019

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