El juego político de la censura en el Perú: siglos XX y XXI

La censura ministerial en el Perú ha sido una constante en la historia política del país, reflejando las tensiones entre el Ejecutivo y el Legislativo. Desde el siglo XX hasta la actualidad, esta práctica ha sido utilizada como herramienta política para cuestionar la gestión de los ministros y, en muchos casos, para desestabilizar gobiernos.

El siglo XX fue testigo de numerosos episodios de censura ministerial, marcados por conflictos ideológicos y luchas de poder. Desde el año 2000, más de 20 ministros han sido censurados, lo que evidencia la inestabilidad política que caracteriza al Perú. Estas censuras no solo afectan la gestión gubernamental, sino que también generan incertidumbre en la población.

Uno de los casos más emblemáticos ocurrió durante el gobierno de Guillermo Billinghurst (1912-1914), cuando el Congreso censuró a su ministro de Gobierno, acusándolo de incompetencia en la gestión de conflictos sociales. Este episodio fue un reflejo de la oposición parlamentaria que finalmente llevó al derrocamiento de Billinghurst.

Otro caso significativo se dio en el primer gobierno de Fernando Belaúnde Terry (1963-1968). Durante su mandato, varios ministros enfrentaron censuras, siendo el caso de Javier Alva Orlandini uno de los más recordados. Como ministro del Interior, Alva Orlandini fue censurado tras un enfrentamiento entre policías y manifestantes en Toquepala, que resultó en la muerte de un civil. Se le acusó de negligencia y falta de control en la gestión de la protesta, mientras que él argumentó que las acciones policiales fueron necesarias para mantener el orden público.

Otro caso reciente es el del ministro del Interior Juan José Santiváñez, quien enfrenta múltiples mociones de censura debido a su supuesta incapacidad para contener la creciente ola de violencia y extorsión en el país. Sin embargo, esta censura ha sido ampliamente criticada, ya que su gestión estaba enfocada en modernizar la inteligencia policial y fortalecer la lucha contra el crimen organizado.

Diversos analistas han señalado que culpar únicamente a Santiváñez por la crisis de seguridad es un error, ya que la delincuencia en el Perú es un problema estructural que requiere coordinación entre diversas instituciones. Su censura no resolvería el problema de fondo y se deja en evidencia cómo el Congreso sigue utilizando este mecanismo como un medio de presión más que como una herramienta de mejora en la gestión gubernamental.

La censura ministerial en el Perú es un reflejo de las tensiones políticas que han marcado la historia del país. Aunque es un mecanismo legítimo en una democracia, su uso excesivo puede generar inestabilidad y afectar la gobernabilidad. Los casos emblemáticos muestran cómo la censura ha sido utilizada tanto como una herramienta de control político como un medio para responsabilizar a los ministros por problemas estructurales.

Es fundamental promover el diálogo político para fomentar el entendimiento entre el Ejecutivo y el Legislativo, evitando así el uso excesivo de la censura. Se podrían implementar reformas que limiten su uso a casos de verdadera gravedad, asegurando que sea un mecanismo de control eficaz y no una herramienta de desestabilización. Además, fomentar la transparencia en la gestión pública contribuirá a reducir las razones para la censura, fortaleciendo la democracia y la estabilidad política en el Perú.