Giacomo Ugarelli

CHE, ¿QUÉ PASA?

CHE, ¿QUÉ PASA?
Giacomo Ugarelli
30 de enero del 2017

Presidente argentino sigue el polémico ejemplo de Trump

La semana pasada el presidente de Argentina, Mauricio Macri, dio nuevas medidas de control migratorio. Dijo públicamente que las personas con antecedentes penales no son bienvenidas a la Argentina, y que se tomarían nuevas medidas para prevenir el ingreso de estos individuos. Es normal. Ningún presidente, líder político o ciudadano querrá que entren a su país personas que podrían poner en peligro la seguridad de nuestros familiares, amigos y vecinos. Pero lo preocupante y poco diplomático han sido los tiempos y la manera de dar a conocer públicamente a los argentinos y a los países de Latinoamérica esta nueva medida de seguridad.

Primero, el tiempo. Trump ya es presidente, y entre sus primeros actos como mandatario están sacar a Estados Unidos del TPP, anunciar la construcción del muro en la frontera con México y restringir temporalmente la entrada a refugiados y nacionales provenientes de algunos países del medio oriente. Todo indica que habrá también nuevas medidas con las visas y posibles restricciones con varios países sudamericanos. Estas regulaciones ponen a Washington en una posición diplomáticamente hostil. Y la reacción Argentina es ¿hacer lo mismo con sus vecinos, algunos de sus principales aliados comerciales, en la misma semana que Trump anuncia estas políticas?

Lo segundo. Las palabras muy desafortunadas de la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, pidiendo al presidente Macri “ordenar las relaciones con Paraguay, Bolivia y Perú” porque “vienen ciudadanos peruanos y paraguayos que se terminan matando por el control de la droga”. Peor aún es el comentario agraviante del senador Miguel Pichetti, quien afirma que Argentina funciona “como ajuste delictivo de Perú”. Es una generalización lamentable, que pone en el mismo saco a delincuentes con gente honrada, decente y trabajadora, como es la gran mayoría de peruanos en Argentina.

Lo de Trump no debería sorprender a nadie. El prometió estas medidas, y como presidente tiene el derecho constitucional (y la obligación moral) de cumplir sus promesas. Pero la reacción de los países latinos debería ser una de más solidaridad, más comunicación, y trabajar junto (y no en contra) a Estados Unidos para la prevalencia de la paz, seguridad y prosperidad de la región. Presidente Macri, los comentarios de miembros de su gobierno o sus propias palabras no ayudan.

Como peruano, espero que el descuido de la ministra Bullrich no cause un problema a los 150,000 peruanos que residen en ese país, porque aquí no generalizamos a los argentinos como pleitistas. Aquí los argentinos son bienvenidos.

Por Giacomo Ugarelli

Magíster. University College London (UCL)

Giacomo Ugarelli
30 de enero del 2017

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