Juan Sheput

A propósito de la penosa agenda nacional

Apuntes sobre la crisis politica

A propósito de la penosa agenda nacional
Juan Sheput
06 de septiembre del 2024


Es muy difícil, en este Perú del siglo XXI, tener una agenda de cambio, propositiva, optimista y sobre la base de pensar qué tipo de país queremos ser; en este siglo del cual ya ha transcurrido casi una cuarta parte. Es penoso decirlo, pero seguimos con una lógica del siglo pasado, del siglo XX, cuando lo que se requiere es plantearnos, de una vez por todas, los elementos básicos para enfrentar lo que será un escenario de cambios fulgurantes en muy pocos, repito,muy pocos años.

Para muestra unos botones. Somos el único país en América Latina donde no se discute el tema previsional con profundidad. Lo que acaba de hacer Fuerza Popular con la mal llamada reforma de pensiones es simplemente darle oxígeno a unas AFP que han demostrado ser pésimas gestoras y, peor aún, pésimas comunicadoras. La mal llamada reforma solo apunta a la recaudación, vía IGV y recorte de los honorarios profesionales, y a cerrar el ciclo de retiro de las pensiones; pero no dice nada de la forma como hacer que la productividad masiva que se está logrando –vía la automatización, la robotización y ahora la Inteligencia Artificial– tenga una cuota social, vía impuestos, para abonar los fondos de pensiones sobre todo de aquellos que han salido de la población económicamente activa como consecuencia de esta automatización. El debate, muy mediocre en realidad, ha sido un debate anclado en el siglo XX, y la gran perjudicada resulta la juventud, todos los menores de 40 años, que es justamente el sector que va a sufrir más las consecuencias de los grandes adelantos tecnológicos que se avienen. 

Otro botón es el tema de la seguridad. Ese tiene que ver con aspectos fundamentales en el ejercicio de la actividad pública como la moral o la ética. Hemos llegado a un nivel despreciable, muy por debajo de los estándares morales, al permitir (con anuencia de Dina Boluarte y su premier Adrianzén) que un individuo de la categoría de Juan José Santiváñez permanezca como ministro del Interior. Según un audio, palabras más palabras menos, para este individuo todo vale con tal de ser ministro. Y esa catadura moral es premiada con el aval de la propia presidenta de la República. Si Santiváñez sigue como ministro, también es responsabilidad del Congreso, cuya Comisión de Defensa y Seguridad, compuesta entre otros por miembros en retiro del Ejército y de la Marina, es absolutamente inútil. No sirve de nada.

Nuestra república está invertebrada. De allí que pensemos en que el futuro no se contamine de esta mediocridad existente, en la que los temas de la agenda fundamentalmente están copados por la farándula, tal y como fue en los años noventa. Sin liderazgo y sin partidos serios (ya ni hablemos de los actuales congresistas) esto va a ser muy difícil de conseguir.

Juan Sheput
06 de septiembre del 2024

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