¡Y empezó la segunda vuelta!

PPK supera por cuatro puntos a Keiko en sondeo de Ipsos

La primera encuesta de Ipsos luego de la primera vuelta establece una ligera ventaja de cuatro puntos porcentuales a favor de PPK —con 44% de las preferencias, mientras Keiko Fujimori alcanza el 40%—, revelando que la disputa por la victoria en el balotaje será cuerpo a cuerpo, voto a voto. Si bien pretender establecer una tendencia en base al primer sondeo de una campaña que durará más de seis semanas puede significar un grave yerro, es evidente que surge una primera imagen: luego del 10 de abril la contradicción entre democracia y autoritarismo parece estar en el imaginario de los electores.

Semejante disyuntiva es la única explicación para que PPK se encumbre hasta el 44% de intención de voto. En este contexto, se puede afirmar que la pared fujimorista que se levantó en la primera ronda —que le permitió al movimiento naranja conseguir la mayoría absoluta del Congreso— también se ha convertido en un problema: resucita temores sobre “una posible concentración política que podría afectar el balance de poderes”. Hasta allí la primera impresión.

Sin embargo vale insistir que en el balotaje todo está por construirse, que se trata de un rompecabezas para armar. En las estrategias y tácticas, de alguna manera, las campañas tendrán casi el mismo peso que las contracampañas. Por ejemplo, si el fujimorismo pretende convencer a algunos sectores del electorado está en la obligación de proponer acuerdos e iniciativas que disuelvan las suspicacias acerca de una posible “alteración del equilibrio de poderes”. ¿Un acuerdo nacional? ¿Compromiso de una conducción alternada del Congreso con la oposición? Si el movimiento naranja no enfrenta un tema tan sensible, todas las contracampañas que se desplieguen adquirirán verosimilitud.

Si una primera mirada nos presente una posible contradicción entre autoritarismo y democracia es evidente que el pepekausismo explotará esta veta, y quizá convierta el asunto en el eje de una campaña viable. Si lo hace y el fujimorismo no responde, es posible que PPK se acerque a la victoria.

Si el movimiento naranja logra sortear la disyuntiva entre democracia y autoritarismo con propuestas audaces seguramente se orientará a poner el eje de su accionar político en la organización de un nuevo Estado nacional que llegue a la provincia, a las punas alejadas. Si lo hace, de alguna manera, estará en condiciones de engrosar las adherencias en los bolsones del sur del Perú, en los que se impuso el Frente Amplio. En todo caso, tal como están las cosas, todo dependerá del arte de la política.

En cuanto a antivoto, Keiko Fujimori tiene 42% y PPK 32%, de acuerdo a la encuesta de Ipsos. Estos datos nos revelan que, en cuanto a contracampaña, Keiko Fujimori ha recibido toda la munición del arsenal antifujimorista. No hay nuevas balas, todas ha sido disparadas. Si la candidata supera correctamente la disyuntiva democracia y autoritarismo, golpear con los mismos argumentos del antifujimorismo en la primera vuelta podría terminar favoreciendo al movimiento naranja.

Por el contrario, PPK no parece haber enfrentado una contracampaña sistemática porque, durante la primera ronda, perdió la situación expectante del segundo lugar con rapidez. Cuando aparecieron César Acuña, Julio Guzmán, Verónica Mendoza y Alfredo Barnechea, los adversarios del gringo de los Andes lo soltaron y lo dejaron correr. Únicamente la última semana previa a la elección, cuando PPK aparecía empatado con Verónika Mendoza, el líder pepekausista comenzó a recibir fuego graneado.

Como se ve, luego de la encuesta de Ipsos, solo se pueden hacer anotaciones al margen de una historia que recién comienza a escribirse.

Víctor Andrés Ponce