¿Vuelve el elenco estable?

La caída de Acuña y las interrogantes sobre Guzmán

El colapso de la candidatura de César Acuña por la acumulación de denuncias de plagio y la precariedad de la candidatura de Julio Guzmán, cuestionada por la autoridad electoral por serias irregularidades administrativas cambiarán radicalmente las tendencias que se organizan alrededor del segundo lugar en las preferencias.

La pregunta que surge es, ¿seguirán emergiendo nuevos aparecidos o frente al cansancio de una búsqueda infructuosa el electorado volverá los ojos hacia PPK y Alan García? La interrogante es válida incluso ante la posibilidad de que Guzmán continúe en carrera porque el aumento de la exposición mediática del candidato morado desnuda sus carencias.

Ante la hipótesis de que el electorado decida otorgar una nueva oportunidad a PPK y García, entonces, la idea de un elenco de personalidades estable, que ha actuado en la política de los últimos 25 años, se reactualizaría habida cuenta de que Keiko Fujimori parece inamovible en el primer lugar.

De alguna manera asistiríamos a una segunda vuelta que tendría enormes consecuencias en la organización de un nuevo sistema de partidos con relativa estabilidad.  Tanto PPK y García, al margen de los resultados, apostarían por un acuerdo nacional que supere la confrontación y envilecimiento del espacio público  que desarrolló el nacionalismo.  Los tres actores mencionados participan de aproximaciones comunes sobre la economía y el futuro de la institucionalidad.

Siempre vale anotar que uno de los grandes déficits de la democracia post Fujimori fue la ausencia de un acuerdo nacional. Una democracia sin pacto siempre será un oxímoron.

Sin embargo, también existe la posibilidad que continúe la ola de aparecidos. Primero fue César Acuña, luego Guzmán, y nadie puede descartar que el propio Guzmán siga porfiando o que emerja una novedad como Alfredo Barnechea. Semejante escenario solo se explicaría por la indolencia y los yerros de PPK y García. Es decir, por la ausencia de un reajuste en la estrategia política. PPK ha olvidado que es la síntesis de la centro derecha y García prefiere al papel de presidente antes que de candidato, más allá de que haya salido a fajar a Acuña.

En la eventualidad de que se materialice un nuevo aparecido, Barnechea cumpliría un papel progresivo. En primer lugar su ascenso resucitaría un partido enterrado y el Perú necesita partidos políticos a gritos. En segundo lugar, si consideramos las propuestas izquierdistas que el candidato de AP ha venido enarbolando, él se convertiría en el neto representante de la izquierda local. Mil veces es preferible un político cultivado y con experiencia como Barnechea que una postulante como Verónica Mendoza, demasiado anquilosada por ideas viejas.

Cualquier análisis que se desarrolle sobre las tendencias electorales no debe ignorar una verdad incuestionable: la mayoría electoral del 2016 es conservadora, muy distante de las propuestas que plantean modificar el modelo económico o de las iniciativas que le recuerden los dos primeros años de la administración nacionalista cuando se quiso ensayar con el chavismo.

En síntesis la caída de Acuña y las interrogantes sobre Guzmán solo nos indican que apenas se juega la mitad del primer tiempo de un largo partido. Se necesita creatividad y un gran estado atlético.

Por Víctor Andrés Ponce