¿Un remanso luego de PPK?

Las nuevas relaciones que parecen establecerse entre el Ejecutivo y el Legislativo, en realidad, representan el mejor anuncio para la economía y la sociedad luego de las elecciones nacionales del 2016, que desataron la polarización más cruenta de los últimos años. Más allá de la aparente incoherencia económica del Gabinete —con la presencia de un sector promercado y otro antiinversión— el anunció del presidente del Consejo de Ministros, César Villanueva, acerca de que Tía María debe ejecutarse este año y las medidas tranquilizadoras planteadas por el ministro de Economía, David Tuesta, sobre la necesidad de incrementar el PBI potencial hacia el 2021 y la reducción del gasto corriente, son argumentos sólidos para el optimismo. El Perú parece recuperar la cordura, de la que nunca debió alejarse.

Sin embargo la guerra que sostiene una coalición mediática contra el fujimorismo y los despropósitos que se acumulan en Fuerza Popular, igualmente, representan fuertes razones que abonan el pesimismo. El telón de fondo de las batallas de los medios contra el fuerzapopularismo parece ser la ley sobre publicidad estatal. Y el combustible que alimenta el fuego son las denuncias de supuestos vínculos con el narcotráfico del congresista Edwin Vergara, las inconductas inaceptables de la legisladora Yesenia Ponce y las guerras que se libran entre los diezmados kenjistas y los parlamentarios fuerzapopularistas. El gran problema es que las tendencias autodestructivas terminen tragándose los impulsos constructivos que han surgido luego de la renuncia del ex presidente KucZynski.

¿A qué vienen estas reflexiones? Es hora, pues, de dejar en claro que luego de la renuncia de PPK la democracia peruana ha evitado el abismo que parecía dibujarse en las cercanías. Y además está logrando reconstruir la gobernabilidad, no obstante el extraño Gabinete —que conformaron el presidente Vizcarra y el PCM Villanueva— que busca mezclar el agua y el aceite en economía. El nuevo humor de la democracia se expresará cuando el Gabinete Villanueva acuda al Legislativo por el voto de confianza y logre una casi unanimidad. En otras palabras, parece que habrá discreción entre Ejecutivo y Legislativo por un buen tiempo, hasta que sea hora de coger una papa caliente: la ejecución de Tía María desatará tensiones y enfrentamientos que, incluso, terminarán jaloneando al Gabinete y al Congreso.

Sin embargo son esas tensiones, con real trasfondo ideológico, las que construyen y organizan a las sociedades. Habrá que ver si la ministra del MIDIS —Liliana la Rosa, ex militante del Frente Amplio— se alinea con el Ejecutivo en la voluntad de sacar adelante Tía María. Un país que debate alrededor de los temas de la democracia y el mercado siempre avanza.

En ese contexto, ¿qué hacer con las tendencias que disgregan, que alimentan el pesimismo? Quizá el camino más directo a cualquier solución sea que Fuerza Popular desarrolle un verdadero control de daños con los yerros acumulados en la organización de la lista parlamentaria y que parecen convertir al fujimorismo parlamentario en un espacio de denuncias y acusaciones interminables. El control de daños significa adelantarse y resolver sin medias tintas todos los problemas, investigando y sancionando a quien se merezca.

Si Fuerza Popular asume de cara al país los errores cometidos, la guerra mediática se quedará sin combustible y quizá el país ingrese a un remanso político que se merece largamente luego de la crisis PPK.