¿Se victimiza Nadine Heredia?

Demócratas deben demostrar superioridad frente a las medianías autoritarias

La inclusión de Nadine Heredia como investigada por la comisión del Congreso que indaga el caso Martín Belaunde Lossio, motiva a ciertas interrogantes. ¿No estará la oposición cometiendo los mismos errores del oficialismo en su obsesiva voluntad de judicializar a sus rivales? El periodista Mirko Lauer desarrolla ese tipo de aproximaciones en una reciente columna en La República. Y no le falta razón. Empieza a crearse la sensación de  que hay un apanado general contra la pareja presidencial y, aunque parezca mentira, semejante estado de cosas puede terminar favoreciendo a la señora Heredia, es decir, victimizándola ante importantes sectores del país.

Pero más allá de las consideraciones políticas sobre a quién favorece una determinada conducta congresal, es necesario, recordar los argumentos que desarrollaban diversos sectores de oposición contra los intentos de judicializar a los rivales del oficialismo, sobre todo a Alan García.  El trabajo poco serio de la llamada Megacomisión, que se propuso inhabilitar la candidatura presidencial del líder aprista, desató una serie de críticas. Y si bien un congresista demasiado gris como Sergio Tejada se ganó su cuarto hora en las primeras planas, el país y la política no ganaron absolutamente nada.

Uno de los argumentos contra la judicialización del rival fue que no se podía investigar ni menos inhabilitar en base a una mayoría precaria y circunstancial en el Legislativo. ¿Hoy ese tipo de argumentos no valen para el caso Heredia? También se dijo que la mejor manera de evitar la judicialización de la política era permitiendo que la Contraloría, los fiscales y los jueces desarrollen su labor de investigar en tanto que los políticos se dediquen a fortalecer la gobernabilidad. ¿Semejante razonamiento no vale para el tema Nadine?

Particularmente creemos que el aporte de la señora Heredia al espacio público es nulo. De una u otra manera ella representa la suma de todos los yerros políticos y personales que ningún político debería cometer. Igualmente, la frivolidad en la mal llamada pareja presidencial hiere la sensibilidad de quienes pretenden construir un espacio público superior y también estamos seguros de que los fiscales y jueces tendrán harta labor en estos asuntos.

Sin embargo, la democracia y los demócratas tienen que ser capaces de demostrar superioridad frente a las medianías y conductas autoritarias, porque es la única política que construye institucionalidad. No se trata de instaurar la Ley del Talión y el conocido Ojo por ojo y diente por diente.  Cuando la señora Heredia tuvo poder y aprobación popular llamaba a Tejada y le dictaba el libreto. Hoy que ella tiene menos poder, Tejada se declara independiente y asume perfil opositor. ¿Alguien está tratando de imitar el camino del señalado congresista?

Pero, ¿la oposición democrática debe cobrar las deudas contraídas? Creemos que no. En algún momento esta idea de que en la política peruana si los políticos no están acusando, entonces, se están defendiendo, debería terminar. En algún momento la política debería concentrarse principalmente en agregar gobernabilidad al sistema, en crear los pactos y acuerdos que le permitan funcionar a las instituciones. La señora Heredia ya demostró su talla política cuando la aprobación popular la envanecía. Es hora de que los demócratas demuestren otra altura dejando que las instituciones desarrollen su labor.

Por Víctor Andrés Ponce

22 – Jun – 2015