¿Guerra o gambito para desarmar a la oposición?

Perú Libre publica un comunicado en el que critica la derechización del gobierno de Pedro Castillo. Sin embargo, el presidente sigue tomándose fotos con Luis Barranzuela, ministro del Interior, a quien se sindica como muy cercano al partido oficial.

Asimismo, el comunicado perulibrista anuncia expulsiones de militantes porque “las designaciones de las ministras militantes Dina Boluarte Zegarra y Betssy Chávez, no nacen de una propuesta partidaria ni de bancada…”. No obstante, el gobierno de Pedro Castillo nombra a Richard Rojas como embajador en Venezuela honrando sus acuerdos con Perú Libre y Vladimir Cerrón. De otro lado, el nombramiento de Rojas, de un solo plumazo, borra la política del Estado peruano de no reconocer dictaduras, expresada en el Acuerdo de Lima. Se acabó la política de Torre Tagle.

Asimismo, en el Congreso se nota la tensión alrededor de las comisiones entre el Perú Libre oficial y algunos disidentes. Incluso el congresista Guillermo Bermejo aparece jugando por la libre.

Quizá lo más grave en la derecha y la oposición republicana es que luego de estas bombardas de rupturas oficialistas se comienza a hablar de los “comunistas buenos” y los “comunistas malos”. De pronto, el debate ya no es entre la propuesta de una constituyente que destruye el país, luego de tres décadas de sostenida reconstrucción y la urgencia de defender la Constitución y las libertades, sino sobre si el presidente Castillo está virando lo suficiente o no hacia el centro.

Es como si el comunicado de Perú Libre tuviese un efecto balsámico para el pesimismo. Ya no se debate sobre la realidad sino sobre los comunicados. Una oposición así de confundida inevitablemente será derrotada en la defensa de las libertades.

No interesa el comunicado de Perú Libre. Interesan los hechos. Y el hecho es que el Ejecutivo sigue unificado y absolutamente coherente en el objetivo de la asamblea constituyente, que destruye aceleradamente la nación y la economía. Cualquier fuego de artificio solo confirma este proceso. Al margen del comunicado del partido oficial, Pedro Castillo sigue firme en la defensa de sus aliados de Perú Libre y el Movadef en el Gabinete y en el desmontaje de la política exterior de Torre Tagle. 

Si Perú Libre vota en contra de la confianza del Gabinete Vásquez es irrelevante en el resultado final. Sigue la constituyente, continúa la estrategia comunista que busca el cierre del Congreso y, en general, persiste la estrategia de una minoría que pretende asaltar el poder del Estado para perpetuar un régimen totalitario. Las evaluaciones y reflexiones de la oposición no deben considerar las guerras entre comunistas porque no cambia el resultado ni la contradicción principal: la constituyente.

¿Cómo se derrota la estrategia oficialista de cerrar el Congreso? Es una pregunta fundamental que requiere una respuesta unificada. ¿Cómo se evita la destrucción de la economía que causa la constituyente y los anuncios de la nacionalización del gas, la segunda reforma agraria y la industrialización de la hoja de coca?, interrogantes decisivas que requieren una legislación a favor de la inversión privada. Por cada golpe estatista del Ejecutivo debería haber un golpe legislativo a favor de la inversión y los millones de pymes.

Esta semana el Legislativo insistirá en la ley que regula la cuestión de confianza. Es hora de insistir en la defensa del modelo económico, que sería destruido por la constituyente. ¿Por qué no se restablece la derogada Ley de Promoción Agraria que explica el milagro agroexportador del país? 

Iniciativas antes que reacciones defensivas.