¿Fracasa el ensayo?

Cómo las malas noticias en la política se han convertido en un mal endémico

El ensayo de convergencia de la centro izquierda detrás de la candidatura de Susana Villarán a la reelección a la alcaldía de Lima empieza a naufragar antes de haber zarpado a mar abierto. Un ensayo que, a todas luces, se presenta como el capítulo previo de las próximas elecciones nacionales. Los integrantes de Ciudadanos por el Cambio han pegado el grito en el cielo por la manera cómo el toledismo los ha reducido a la mínima expresión en la lista de regidores. La chispa que encendió la pradera izquierdista son los diez candidatos a concejales que Perú Posible ha conseguido, entre ellos la cuestionada Pilar Freitas, quien también concentró las iras ciudadanas en la pasada “repartija”.

Con esta situación, Susana Villarán no solo asume el gigantesco pasivo político de Alejandro Toledo sino que también envía una terrible señal a sus electores: no tiene equipo y todo huele a improvisación.

Considerando que el Partido Nacionalista también también tiene tres militantes en la lista de Villarán (Isabel Boza, Luis Lazo y Pedro Núñez), una pregunta crucial: ¿De dónde proviene la fuerza de Alejandro Toledo para imponer regidores a diestra y siniestra? Si el caso Ecoteva es el primer escándalo en que se encuentran millonarias cuentas de dólares vinculadas directamente a un ex Jefe de Estado, ¿cómo así tanto poder de negociación? Es evidente que algo se ha movido del lado del tablero que integran Villarán, Toledo y la llamada pareja presidencial. En la medida que una eventual candidatura de Nadine Heredia, al menos por ahora, no tiene viabilidad, quizá ha empezado la búsqueda del candidato que le salve la cara a la centro izquierda en los comicios nacionales del 2016. Y el hombre de la chakana es el único que aparece en el firmamento.

Varios intereses se entrelazarían formando un nudo: la pareja presidencial que necesita una bancada parlamentaria que le evite el ajuste de clavijas al que someten hoy a Alan García y el Apra, Toledo que requiere de lo mismo por el tema Ecoteva y, Villarán, que todavía sueña en grande. Finalmente, Ciudadanos por el Cambio de Salomón Lerner, el grupo más ideológico y programático, que no encuentra donde guarecerse y que busca con desesperación un lugarcito para sobrevivir. Pero sí las cosas son así, entonces, este ensayo de la centro izquierda solo reproduce y exacerba todos los vicios y desastres de la política de las últimas décadas.

No hay en este intento de convergencia nada parecido a una fórmula programática, sino puro instinto de sobrevivencia, de blindaje político, para ser más precisos, ante los pasivos que el régimen y Toledo cargarán sobre sus espaldas en el próximo periodo constitucional.

La desesperación es tan evidente que parecería que detrás de este agrupamiento no hay una voluntad real de ganar las elecciones, porque encumbrar a Toledo solo sería apostar por una franja del electorado (un 15% sería el cielo) y nada más. Nadie lo puede negar, el líder de Perú Posible siempre será un buen candidato, pero ahora tiene tantas heridas y contusiones que se convierte en un blanco fácil de golpear. Es más, ni siquiera está claro si el oficialismo lo podrá seguir protegiendo, porque los cuestionamientos de la opinión pública podrían hacer que el líder de la chakana termine enredado judicialmente por el tema Ecoteva.

Al margen de cualquier especulación, las noticias sobre los encontronazos entre los colaboradores de Villarán solo revelan que las malas noticias acerca de la política se han convertido en un mal endémico que tomará años superar. Sorprendentemente, en el espacio público no surgen nuevos valores, y cuando aparecen suelen ser peores que los anteriores.

Por Víctor Andrés Ponce