¿El progresismo vizcarrista está más allá del bien y del mal?

Un grupo de personalidades progresistas –muchos de ellos vinculados al vizcarrismo– emitió un comunicado planteando el adelanto de elecciones bajo la denominación de “Coalición Ciudadana”. Del comunicado parece desprenderse que los firmantes representan a un sector ajeno a las mediocridades, al proceso de destrucción institucional y los casos de irregularidades que han sacudido y desprestigiado a la política nacional. De alguna manera parecen decirnos que ellos están más allá del bien o del mal, que tienen una superioridad moral e intelectual para plantear las soluciones a la crisis actual. Su distanciamiento del presente político actual es tan notorio que parecen unos recién llegados al país.

Debido a ese humor que dejan notar, quizá haya surgido una ola de respuestas ácidas y furibundas en contra de los firmantes. Con esa soberbia que destilan, antes que posicionarse en un espacio diferente, más bien parecen afirmar que se trata de un nuevo ejército que ingresa a la guerra que desató el progresismo tres décadas atrás.

Si analizamos cómo llegamos al actual deterioro institucional, a la actual representación parlamentaria de muy baja calidad, es incuestionable que los hitos de esta autodestrucción nacional están en los últimos dos golpes de Estado que se perpetraron en el Perú: el cierre inconstitucional del Congreso por Martín de Vizcarra, arguyendo la barbarie constitucional de “la negación fáctica de confianza”, y el golpe de masas contra el gobierno constitucional de Manuel Merino. 

¿Qué sucede en un país en que se pretenden justificar dos golpes de Estado con tinterilladas inconstitucionales? Todo se destruye, como sucede en los regímenes chavistas. El siguiente gobierno también intentará perpetrar su golpe de Estado y justificarlo constitucionalmente, tal como sucedió con Castillo. ¿Qué clase política puede surgir luego de esas explosiones nucleares contra el sistema republicano? Bueno, los principales responsables de esta autodestrucción nacional están entre los firmantes del comunicado que comentamos.

Uno de los hechos más relevantes de la destrucción institucional actual fue la elección de Pedro Castillo. ¿Por qué? La sociedad se enfermó y eligió al peor candidato de la historia republicana, al menos preparado para el cargo y con claras alianzas con el maoísmo. La causa de ese mal fue la polarización artificial entre el fujimorismo y el antifujimorismo, bajo la cual se desarrolló una de las judicializaciones políticas más cruentas de la región. Toda la clase política que detuvo el comunismo en el siglo XX y el XXI fue judicializada y bloqueada. Castillo y el antisistema entonces comenzaron a correr solos en la cancha. Bueno, algunos de los principales responsables de esta tragedia también están entre los firmantes del comunicado que comentamos.

La soberbia que destila el comunicado de la Coalición Ciudadana y la idea de que aquí están los intelectuales y allá los mediocres, las economías ilegales y el crimen organizado, pues, hace que ese comunicado se convierta en una declaración de guerra más. Y la demanda del adelanto electoral, dejando entrever que ellos representan la solución –no obstante que son los arquitectos principales de la actual tragedia–, de una u otra manera, escenifica un nuevo capítulo de la cruenta polaridad que destruye el país.