¿Doña Mercedes empieza a gobernar?

El remozamiento del Gabinete ha revelado que la presidenta del Consejo de Ministros, Mercedes Aráoz, tiene la voluntad de centralizar el poder político con mano de hierro. Según diversos trascendidos, la señora Aráoz es directa responsable de los relevos ministeriales de Pedro Olaechea y Fernando D´Alessio, porque ella no acepta que nadie le haga sombra. En el caso de Olaechea su partida es lamentable y, tarde o temprano, la propia Aráoz sentirá su ausencia porque el ex ministro era un puente permanente entre el Ejecutivo y la oposición.

Sin embargo, y más allá de las críticas, quizá esta voluntad política que empieza a demostrar Aráoz se convierta en el inicio de la solución de los problemas acumulados en el Ejecutivo. Durante la gestión de Fernando Zavala, por ejemplo, la administración PPK se asemejó a una federación de independientes en la que la ausencia y la voluntad de delegar del presidente Kuczynski posibilitaron carta libre a todas las estrategias de la izquierda caviar. Más allá de las enormes responsabilidades de Fuerza Popular, la izquierda caviar en el Ejecutivo y otras instituciones transformaron el espacio público en un escenario de guerra, hasta el fallido proceso de vacancia y el indulto presidencial.

Bueno, pues, la voluntad política de Aráoz puede llenar este vacío que organiza la personalidad del presidente Kuczynski, sobre todo considerando que la presidenta del Consejo de Ministros no tiene dudas a la hora de marcar distancias con la izquierda caviar. Si bien el indulto explica la fuga de la izquierda del Ejecutivo, es evidente que Aráoz también pidió algunas renuncias que ya se irán conociendo.

Esa misma voluntad política puede ser el freno a los arrestos de un Fernando Zavala que se resiste a abandonar su influencia en el Ejecutivo, no obstante que cuando ejerció la PCM se negó a centralizar la conducción política y, de una u otra manera, asumió las estrategias de la izquierda en relación con la oposición.

Más allá de la visita del Papa y la euforia que desatará el mundial de fútbol, si se contempla la situación del Gobierno existe poco espacio para el optimismo. El indulto con fractura de Fuerza Popular no ha organizado la gobernabilidad, y la administración PPK se ha distanciado del bloque antifujimorista, sin posibilidades de armar una nueva política de alianzas, como si se hubiese quedado colgado de la brocha. Sin embargo hasta hoy la administración PPK no ha gobernado y se ha dedicado a guerrear, intentando echarle todas las culpas a la mayoría legislativa.

¿Qué sucedería si el Ejecutivo realmente empieza a gobernar? El cambio sería tan notable que, en el acto, Mercedes Aráoz se convertiría en la política que comience a salvar del naufragio al Gobierno. En todo caso la gobernabilidad es un modelo para armar. La señora Aráoz ya no tiene las resistencias de la izquierda en el Ejecutivo para intentar organizar la política en función de los resultados de las últimas elecciones nacionales; es decir, en función de dos propuestas promercado que pasaron a la segunda vuelta, reduciendo a los proyectos estatistas a la marginalidad.

La única manera de avanzar en esa ruta es poniendo al Ejecutivo en modo de reformas, y emplazando a Fuerza Popular a ser consecuente con su historia y con el programa presentado en la pasada elección. En todo caso, el Ejecutivo tiene la palabra. ¿Cuál es la reforma para que empiece el debate?