Ataque a la inversión ¿Y los políticos?

¿Es posible ganar respaldo popular asumiendo la defensa del modelo económico?      

Es evidente que, en el Perú, todavía existe espacio para reorganizar un polo radical, quizá el mismo que llevó a Ollanta Humala a disputar la segunda vuelta del 2011, y que hoy no tiene representante por las mutaciones del nacionalismo. También es evidente que Patria Roja, Tierra y Libertad de Marco Arana, y otros grupos de izquierda han emprendido una feroz carrera por “acumular fuerzas” en este potencial espacio, agravando los conflictos socio ambientales de los proyectos mineros.

De esa manera acumulan fuerzas y profundizan la desaceleración de la economía organizando el escenario propicio para repetir el viejo discurso antimercado: “Nosotros lo dijimos, el modelo dependía de los precios de los minerales”; “nosotros lo dijimos, había que diversificar la economía y dejar de exportar piedras”. Una pedrada que mata dos pájaros.

La violencia que se desata hoy en Tía María puede tener diversas interpretaciones: desde los errores de la empresa hasta el abandono del estado, pero el análisis no puede sustraer al accionar de los radicalismos anti mineros. Allí están toda la caballería de Tierra y Libertad y de Patria Roja, por decir lo menos.

Todos sabemos que si los radicales ganan en Tía María, después avanzarán sobre Las Bambas. Y así como Conga fue el golpe en el norte, en el valle del Tambo se producirá el terremoto del sur. Las cosas aparecen tan claras que uno se pregunta, ¿por qué no se pronuncian Keiko Fujimori, Alan García y PPK, tres líderes democráticos comprometidos con la economía de mercado?

Semejante pregunta puede parecer ingenua e inapropiada en momentos en que las estrategias y calendarios electorales ya empezaron a correr. Todos los candidatos saben que en estos conflictos se recolecta votos, espacios y alianzas locales, y que, de una u otra manera, la sagacidad aconseja el cálculo.

Sin embargo, esas mismas sumas y restas nos podría impulsar a otra pregunta: ¿La defensa del modelo económico y su vínculo indisoluble con la democracia y la libertad no son rentables políticamente? Como la política es el arte de lo posible, aquí la respuesta la deberían tener los propios políticos.

Si alguien saliera a explicar que, en realidad, los sectores anti mineros pretenden profundizar el frenazo económico para agitar el regreso del estatismo y cancelar la economía de mercado que en el último cuarto de siglo ha reducido la pobreza y la desigualdad como nunca antes en nuestra historia, ¿no habría resultado político favorable? Y si se conectara la economía de mercado con el crecimiento y la expansión de las clases medias con el hecho de que avanzamos hacia el cuarto proceso electoral sin interrupciones, ¿no se ganarían votos?

Todo parece indicar que, no obstante el frenazo de la economía, el electorado peruano optará por conservar todo lo ganado en las últimas dos décadas. Es decir, hoy el votante peruano huele más a conservador que a cambio radical. Se necesita entonces que el político le recuerde al elector la desgracia que nos lanzó el estatismo de los ochenta: 60% de la población sumida en pobreza. Y también se necesita que el político compare la situación del país con las desgracias de los países bolivarianos. Sin embargo, todo debería empezar defendiendo el proyecto de Tía María y desenmascarando las intenciones del radicalismo anti minero. De lo contrario, ¿cómo se defiende el modelo?

Por Víctor Andrés Ponce
30 - Mar - 2015