Hugo Neira

Macron: un producto de las Altas Escuelas y del instinto político

Primeros resultados: Macron 65,8%; Marine le Pen,34,2%.

Macron: un producto de las Altas Escuelas y del instinto político
Hugo Neira
08 de mayo del 2017

Primeros resultados: Macron 65,8%; Marine le Pen,34,2%.

En Francia ha vencido la razón y no el odio.

Macron ha sido ministro de Economía con Hollande, y eso no lo hace socialista. No es un centrista, como lo etiquetan en la prensa limeña. No sean burros, el centrista es Bayrou, un 6%. Macron ha montado una candidatura en menos de un año, con voluntarios, a la americana. Tan corto tiempo no se usa en Francia.

¿Quién es Macron? Una revista de Washington acierta al decir: “tiene tres vidas a sus 39 años, ha sido estudiante de filosofía, banquero y ministro de Economía”. Quien también lo ha entendido es un diario italiano, Corriere Della Sera: “En un contexto de incertidumbre y confusión, se comprende su ascensión, un joven ex banquero salido del limbo de los sin partido, pero próximo a los socialistas, defiende a la sociedad civil”. La prensa planetaria lo ha seguido. “¿Cómo se atreve a querer llegar al Elysée [palacio de gobierno] alguien que no es ni de derechas ni de izquierda” (New York Times), y además, “liberal, europeísta, proponiendo medidas y reformas que todo el mundo aborrece” (The Economist). “Macron es un enigma”, decía apesadumbrado, The Times. Ya no es.

2017. En la primera vuelta colapsan socialistas y liberales conservadores. Hamon, sucesor de Hollande, 6,3%. Fillon, tercero. O sea, la señora Le Pen no contaba con contrincantes que pudiesen detenerla. Y en eso aparece Macron, “el salvador de Europa” le llama un diario americano. En efecto, si la segunda vuelta hubiese sido Le Pen / Mélenchon —los extremos— Francia estaba frita. Frexit. Adiós al euro. No es lo que ha pasado.

Sobre esta elección se ha dicho que era la revuelta populista contra las elites, tras el voto de los nacional-populistas del FN, y los de La Francia Insumisa. ¿Y sale elegido un pura sangre de esa elite que tiene Francia, gracias a sus altas escuelas? Un invento francés, se ubican por encima de las universidades, que son para profesiones. Ahí se forman cuadros y científicos. La ENS, la famosa École Normale Supérieure, donde estudió Sartre y lo más graneado del pensamiento de Francia. S. Po, abreviado, Institut des Sciences Politiques (que el autor de esta nota conoce). Por ejemplo, la ENA, o École Nationale d’ Administration. De ahí sale Macron. De la escuela de Valéry Giscard d’Estaing, Jacques Chirac, y una interminable fila de ministros y altos funcionarios. Con un perfil original: banquero exitoso graduado en ¡filosofía¡ Un imaginativo énarque, así los llaman, su campaña ha sido con programas audaces. A un diario inglés le asombra su discurso, “defendiendo con argumentos complejos y contrarios a la simplificación, reuniendo la crítica y a la vez una visión optimista”.

Han perdido los autoritarismos.

¿Quiénes votan por Marine le Pen? Hay dos Francias. Una moderna y otra retrasada. Por el FN, las pequeñas villas, comunas con menos de 10,000 habitantes. En las grandes ciudades ha ganado Macron y Francia es urbana al 79%. En París, la señora Le Pen ha sacado un 4%. Además, es falso que el voto del FN sea solo racista. Los musulmanes no viven en las campiñas francesas. Pero el FN recibe votos de la Francia rural, ¡en lugares donde no hay un solo árabe a la redonda! Cierto, por la familia Le Pen votan los obreros. Pero hoy no son las masas proletarias del pasado. Votos que vienen del partido comunista y que pasan de la extrema izquierda a la extrema derecha. La causa: Francia, gobernada por elites socialistas y liberales, se alejó del menudo pueblo. A Macron le espera un trabajo enorme.

Hay que asombrarse de que en la crisis de la representatividad, que corre como un escalofrío por todo el mundo occidental, los franceses se inventen un nuevo liderato. Un joven brillante, sin partido. Y en este momento veo en la televisión cómo la gente ondea banderas en las calles, hay alegría, en especial en los jóvenes. Lo explicaré en otra ocasión. Escucho las entrevistas a la gente en la calle. “Se voltea la página”. “Es otro estilo de gobernarnos”. Macron, en su primera palabra después de los primeros resultados, serio, grave (sobran problemas) y luego de agradecer a sus votantes, a todos los franceses, de inmediato ha saludado a la señora Le Pen. La política francesa se vuelve de nuevo, civilizada.

En fin, les cuento que he visto el duelo verbal entre ambos presidenciales. La señora le Pen ha estado fatal. Ella, se supone, representaba “el furor popular”. ¿Qué otra cosa es un populista? Pero se puso alegrona, juguetona y no dejaba hablar al “otro”. Lamentable. Se portó como una tía mayor discutiendo con el mejor de la clase. Y lo peor, mostró que no tenía programa. ¡Ha perdido votos en ese duelo!

Mi punto de vista: el elegido en Francia reúne dos grandes tradiciones del pensamiento occidental: el liberalismo y el socialismo. Por eso está a tres pasos por delante del político corriente. Su capital simbólico es su formación elitaria en las grandes escuelas, pero solo haría de él un tecnócrata. Tiene el instinto de intuir qué quieren los de abajo. Y eso hace al político. Además, Macron es un provinciano, no es parisino. Otro punto a su favor. No es un francés “caviar”.

(Seguiré sobre este cambio en Europa)

 

Hugo Neira

 

Imagen: Courrier International

Hugo Neira
08 de mayo del 2017

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