Minedu reacciona ante amenazas a meritocracia

La bancada parlamentaria de Nuevo Perú, de Verónika Mendoza, acaba de presentar un proyecto de ley que busca eliminar la causal de despido para los docentes que no aprueben la tercera evaluación de desempeño docente. Igualmente, el Gobierno Regional (GR) del Cusco, ha emitido una ordenanza que exime a los maestros de participar en la evaluación docente mientras no se implementen políticas de capacitación de parte del sector Educación.

Ante esta situación, ha trascendido que en el Ministerio de Educación (Minedu) se habría exhortado al GR del Cusco a desistir del acto de rebeldía en contra de una política de Estado. En caso de no haber resultados positivos, el Minedu estaría asumiendo las medidas legales respectivas en defensa de las prerrogativas del Gobierno nacional.

En cualquier caso, es necesario respaldar la decisión del ministro Idel Vexler de defender una política de Estado a favor de la meritocracia en la escuela pública, luego de la huelga magisterial que duró más de dos meses y ha puesto en peligro el año escolar de miles de alumnos de provincias.

Sin embargo la defensa de una política de Estado no debe llevarnos a ignorar el porqué de que hoy la meritocracia docente esté en peligro como política estatal. La razón es evidente: durante el pasado gobierno nacionalista y en la gestión de Jaime Saavedra, en la práctica, se abandonaron todas las políticas promeritocráticas que empezaron a desarrollarse en los dos gobiernos precedentes, sobre todo en el periodo de José Antonio Chang al frente del sector.

Las cifras y los resultados al respecto son incuestionables. Con Chang al frente del Minedu se desarrolló una agresiva política de capacitación de 160,000 docentes en las mejores universidades públicas y privadas, que posibilitó que los maestros participaran con entusiasmo en los concursos para acceder a la carrera meritocrática. Muy por el contrario, con el nacionalismo y Saavedra en el sector se abandonó la mencionada política y se apostó por programas parciales e inconexos.

Con Chang se logró nombrar a 60,000 docentes en la nueva Carrera Pública Magisterial en base a criterios meritocráticos, mientras que con el nacionalismo y Saavedra solo se nombró a 8,000 profesores. Las diferencias son abismales. Igualmente con la gestión Chang solo se contrató a 15,000 profesores; con Saavedra los contratados aumentaron a 160,000.

El sector Educación, sin retroceder un milímetro en la política meritocrática en la escuela pública, debería entonces retomar un agresivo programa de capacitación de los docentes para enfrentar las evaluaciones de desempeño docente. No hay otra manera de afirmar la meritocracia y enfrentar las estrategias del radicalismo magisterial, que pretende relanzar la huelga magisterial para el próximo año.

Al mismo tiempo que se lanza un plan agresivo de capacitación se debería reconsiderar algunos criterios de la evaluación docente que tengan en cuenta las realidades de las provincias y el estado de abandono en que el nacionalismo dejó el impulso de la carrera meritocrática en el Perú. En todo caso, diversos especialistas han opinado al respecto.

Quizá una de las conclusiones más importantes de esta situación alrededor de la escuela pública es que, de una u otra manera, hoy existe una opinión mayoritaria en nuestra clase política, en el Ejecutivo y el Legislativo, acerca de la necesidad de continuar con una política de Estado que se viene implementando hace cuatro gobiernos. Esta opinión mayoritaria en las élites políticas solo es cuestionada por las oposiciones del radicalismo legislativo, que pretende captar el voto de los maestros en protesta sin importar el futuro de los niños. Sobre todo de lo más pobres que dependen de la escuela pública.