Friedman, Beca 18 y la inversión privada

Consecuencias negativas de la reforma estatista del Minedu

Cuando en la década de los cincuenta Milton Friedman propuso la idea de los vouchers escolares para financiar la demanda escolar (a la familia y el estudiante) antes que la oferta (al centro educativo), nadie imaginó que, no obstante sus veleidades con el mercado, el gobierno nacionalista de Humala desarrollaría el programa Beca 18 que puede convertirse en el gran laboratorio de la reforma educativa. A nuestro entender el espíritu de Beca 18 contradice frontalmente la reforma estatista de la educación superior que impulsa el Ministerio de Educación.

Como se sabe el Programa Beca 18 invertirá S/. 500 millones de soles para beneficiar a 40 mil jóvenes hasta el 2016. La beca cubre los 5 años de estudios en universidades y los tres en institutos e incluye la matrícula, pensiones y hospedaje. El 75% de los jóvenes proviene de familias de extrema pobreza y ha conseguido los primeros puestos en el colegio. La familia y el estudiante escogen el centro de su elección y, de pronto, un alumno de extrema pobreza está en condiciones de competir con otro del Roosevelt o del Markham. La educación entonces cumple el papel de otorgar las mismas oportunidades para todos.

Sin embargo, para que el principio igualador de esta fórmula liberal desarrolle todas sus potencialidades se requiere un espíritu y una filosofía absolutamente contraria a la reforma estatista que impulsa el ministro de Educación (Minedu) Jaime Saavedra. ¿A qué nos referimos?

Para financiar la demanda, es decir, para que el peso del gasto estatal se concentre en los más pobres, mientras que los que puedan pagar paguen, se requiere que existan competencia y pluralidad de ofertas de claustros. ¿De qué valdría financiar a los más pobres sin alternativas al margen del centro público mediocre de hoy? Los beneficiarios de Beca 18, por ejemplo, hoy eligen a universidades asociativas y privadas de excelencia gracias a la diversidad de ofertas.

En el Perú existen diversas alternativas en la oferta educativa porque en los noventa se posibilitó la inversión privada en educación desarrollándose claustros de excelencia académica. Sin embargo el retraso en organizar un sistema de acreditación independiente hoy ha generado una reacción estatista en contra de la inversión privada encabezada por el Minedu. En vez de avanzar en resolver el problema de la acreditación de los centros educativos para que los padres y estudiantes puedan elegir adecuadamente, se quiere restringir la competencia, la pluralidad de ofertas, y regresar al modelo estatista donde las posibilidades de programas como Beca 18 (sistema de vouchers) no tienen sentido alguno.

Cuando en Europa y en el mundo entero se avanza a reformar los servicios de educación y salud creando sistemas de financiamiento  de la demanda, en el Perú se pretende organizar el estatismo educativo que hoy se desploma, por ejemplo, en Suecia, el modelo paradigmático del llamado estado de bienestar. En ese país se ha avanzado aceleradamente a implementar el sistema de vouchers para la educación.

La ley universitaria que crea la Superintendencia de Educación Superior (SUNEDU) pretende excluir sin sonrojos a la inversión privada, no solo negando los centenares procesos de acreditación de carreras que impulsaron las facultades y universidades, sino también pretendiendo cancelar el crédito tributario por reinversión que consagra la Constitución Política para las universidades privadas como una manera de compensar la exoneración de todos los impuestos del cual gozan las universidades asociativas.