El maoísmo avanza en la educación

El protagonismo de la Federación Nacional de Trabajadores de la Educación del Perú (Fenatep, con claros vínculos con el maoísmo) en la gestión del Ministerio de Educación (Minedu) debería convocar las energías de todas las fuerzas de la oposición en la defensa de una educación de calidad, plural y tolerante. Sin embargo, la oposición, dentro y fuera del Congreso, no parece darse por notificada frente al avance del Fenatep. 

De alguna manera todo en la oposición parece reducirse a la estrategia de vacancia o no vacancia –no obstante que falta conseguir los votos en el Congreso–, mientras que el Ejecutivo desarrolla batallas y avances parciales, tal como sucede con la reforma laboral que pretende colectivizar las relaciones de trabajo y el copamiento del maoísmo del sector Educación.

No se trata de una sobrerreacción de la derecha, como suelen argumentar algunos. Por ejemplo, uno de los objetivos del Fenatep ha sido detener la carrera pública magisterial que ha permitido nombrar y promover a más del 55% de los docentes (de un total de más de 370,000) en base a criterios de calidad y méritos. La carrera pública magisterial, con marchas y contramarchas, es una política de estado que ha sido implementada durante más de década y media, y a través de varios gobiernos. Sin embargo, en el de Pedro Castillo se prefiere la estabilidad laboral del docente, al margen de la calidad de la enseñanza, sobre todo en los colegios más pobres.

Uno de los mayores golpes que se pretende asestar en contra de la carrera pública magisterial pasa por el control de los directores de los colegios públicos del país. Se acaban de publicar dos resoluciones viceministeriales que permiten “encargar” las direcciones de colegios a los directores con plazos vencidos, y luego convocar a un concurso para nombrar a estos funcionarios. Sin embargo, desde el inicio de la carrera pública magisterial las “encargaturas” son cosas del pasado, porque todo depende de los concursos. Por ejemplo, en el 2014 se nombraron 20,000 directores por concurso (alrededor del 45% del total), quienes luego fueron ratificados el 2018, a través de otro concurso. Sin embargo, a partir de ahora, los directores con plazos vencidos serán reemplazados por “los encargados” del Minedu.

¿Cuáles son las consecuencias de estas decisiones? Alrededor de 250,000 docentes se están presentado para ingresar a la carrera pública magisterial. Se sabe que la prueba escrita se tomará el 9 de diciembre. Sin embargo, la parte más importante de la evaluación de los maestros correrá a cargo de los directores encargados, en el próximo verano. Los encargados serán los responsables de evaluar la clase modelo del profesor, evaluar la hoja de vida del concursante y desarrollar una entrevista personal.

Si a través de diversas informaciones y reportajes ha quedado en evidencia que el ministro de Educación, Rosendo Serna, en la práctica cogobierna con el Fenatep, ¿qué puede salir de un concurso controlado por un sindicato que se opone a la meritocracia y prioriza la estabilidad laboral del docente sobre la calidad de la educación?

Para entender qué puede significar la influencia del maoísmo en la educación pública, vale recordar que cuando esta corriente influyó decisivamente en la universidad pública y luego en el magisterio, en la década de los ochenta, un puñado de maestros y estudiantes extremadamente ideologizados desató la oleada de terror y muerte de Sendero Luminoso. La violencia entonces nació en el aula universitaria y la escuela pública.

La periodista Mariella Balbi ha informado que el Minedu incluso firma actas con el Fenatep y participa en diversas comisiones del sector. Una de ellas, por ejemplo, tiene que ver con la reforma curricular. La oposición democrática entonces no debería permitir que se desmantele la Ley de Carrera Pública Magisterial y se permita el control por parte de una corriente ideológica totalmente adversa de la democracia, la pluralidad y la tolerancia.